UE reconsidera su ley de inteligencia artificial por presión industrial
La Comisión Europea estudia posponer partes de la normativa. El bloque busca simplificar reglas para competir con EE.UU. y China, generando críticas de defensores de derechos digitales. La incertidumbre afecta a empresas y estándares de seguridad.
«Entre la seguridad y la competitividad»
La Ley de IA de la UE, en vigor desde agosto de 2024, enfrenta revisiones para reducir exigencias a las empresas. Henna Virkkunen, responsable de soberanía digital de la Comisión, admitió un posible retraso en su implementación completa, prevista para 2026-2027. «Si los estándares no están listos, no debemos descartar posponer partes del texto», declaró el 6 de junio.
Presiones cruzadas
Mientras grupos industriales como CCIA piden más tiempo para adaptarse, la eurodiputada verde Kim van Sparrentak advierte: «Sin regulación clara, no sabremos si los sistemas de IA son seguros». Solo el 13% de las empresas europeas usan esta tecnología adecuadamente.
El peso de Washington
La administración de Donald Trump presionó para frenar la normativa, según documentos de abril. Big Tech celebra el giro, pero organizaciones como EDRi alertan sobre el «desmantelamiento de protecciones legales». El Parlamento Europeo interrogará a Virkkunen este martes.
Un rompecabezas normativo
La UE promueve estándares globales, pero la falta de guías técnicas y el revisión general de normas digitales (prevista para diciembre) aumentan la confusión. «No podemos tirar al niño con el agua sucia», señaló el eurodiputado liberal Michael McNamara.
Cuando las reglas pierden ritmo
La ley se negoció durante años como respuesta a los riesgos de la IA, pero el enfoque prioriza ahora la competencia tecnológica. Su aplicación escalonada prohibió algunas prácticas en febrero, pero deja los requisitos más complejos para 2026.
¿Quién marca el paso?
La UE enfrenta un dilema: equilibrar seguridad con innovación sin ceder a presiones externas. Mientras Bruselas evalúa cambios, empresas y reguladores esperan señales claras para invertir o aplicar las normas.