La Tortura en Contextos Democráticos en Bolivia
El Instituto de Terapia e Investigación sobre las Secuelas de la Tortura y la Violencia de Estado (_ITEI_) ha revelado una realidad alarmante: en Bolivia se han registrado más casos de tortura en gobiernos democráticos que en dictaduras. _Emma Bravo_, directora ejecutiva del _ITEI_, remarca que este fenómeno desafía la idea de que la tortura es exclusiva de regímenes autoritarios y subraya su presencia en sistemas democráticos.
Los datos presentados muestran que, desde 1952 hasta ahora, de los 1.833 casos documentados, 1.266 se han producido bajo gobiernos constitucionalmente elegidos, evidenciando un uso preocupante de la violencia estatal en contextos democráticos.
Eventos Clave y sus Consecuencias
Los picos de tortura en Bolivia se han registrado durante eventos de alta tensión social, como la Guerra del Gas en 2003 y conflictos en Sucre y Porvenir. Estos episodios sirven como ejemplo de cómo las protestas y disturbios sociales pueden llevar a prácticas represivas, incluso por parte de administraciones democráticamente electas.
_Pilar Calveiro_, académica en derechos humanos, observa que la expansión de las democracias globalizadas no ha reducido el recurso a la tortura, destacando una preocupante continuidad en su uso como herramienta de control. La permanencia de esta práctica muestra que, incluso con sistemas judiciales modernos, la tortura sigue siendo una realidad.
Impacto en el Sistema Judicial
La tortura no solo deja marcas en sus víctimas directas. Deslegitima el sistema judicial al crear \»‘culpables’ a partir de confesiones obtenidas bajo coerción\», como advierte _Emma Bravo_. Esto genera un ciclo de injusticia, donde los inocentes son encarcelados y los verdaderos culpables quedan en libertad.
El peso de la tortura alcanza también al entorno carcelario en Bolivia, donde las condiciones inhumanas facilitan el abuso sistemático. El _ITEI_ advierte sobre la persistencia de métodos brutales que minan los cimientos de una sociedad justa.
Métodos y Autores de la Tortura
Según el _ITEI_, las fuerzas policiales y militares son los principales responsables de implementar la tortura en Bolivia. Los métodos incluyen tanto agresiones físicas, como golpes y asfixia, como agresiones psicológicas, como amenazas e aislamiento prolongado. Esta diversidad de métodos refuerza la necesidad de control y responsabilidad institucional.
A pesar de las denuncias constantes, la falta de rendición de cuentas sigue siendo un problema acuciante. Las autoridades, con frecuencia, evitan responsabilizarse y, en ocasiones, existe complicidad entre fiscales y jueces para encubrir estos actos, según lo informado por _Bravo_.
Abordando la Perspectiva Institucional de la Tortura
El informe subraya la urgencia de abordar la tortura como un fenómeno actual y no como un vestigio del pasado. _Emma Bravo_ destaca la necesidad de políticas efectivas y una voluntad política real para erradicar la tortura en su totalidad.
Construir una democracia auténtica implica garantizar el respeto por la dignidad humana y el Estado de derecho. El desafío es considerable, pero indispensable para asegurar un futuro donde los derechos humanos sean verdaderamente respetados.