Bloqueos de seguidores de Evo Morales causan pérdidas millonarias

Protestas en Bolivia generan pérdidas de 41,6 millones de dólares en sectores agropecuario, industrial y vial. Gobierno anuncia acciones legales contra Morales.
El Deber

Bloqueos de seguidores de Evo Morales causan pérdidas de 41,6 millones de dólares

Las protestas afectan principalmente a Cochabamba y cinco departamentos. Los sectores agropecuario, industrial y vial reportan daños millonarios. El Gobierno denuncia amenazas a productores y anuncia acciones legales contra Morales.

«Tierras, industrias y carreteras paralizadas»

Los bloqueos, iniciados el lunes, buscan forzar la candidatura de Evo Morales pese a su inhabilitación legal. El sector agropecuario perdió 17,2 millones de dólares, según el ministro Yamil Flores, quien denunció amenazas a campesinos en el Trópico de Cochabamba y Potosí: «¿Quiénes son ellos para amenazar a quienes trabajan la tierra?».

Impacto industrial y vial

La Cámara Nacional de Industrias (CNI) calcula 24 millones de dólares en pérdidas, con La Paz (12 millones) como la más afectada. Vías Bolivia reporta 359.100 dólares no recaudados en peajes. El presidente de la CNI, Gonzalo Morales, advirtió que «600.000 trabajadores y 40.000 industrias» sufren por la paralización.

Enfrentamientos y acciones legales

El Gobierno registró 32 heridos, incluyendo policías y médicos. Acusó a Morales de obstrucción electoral y terrorismo, mientras los manifestantes exigen también la renuncia del presidente Luis Arce, a quien culpan de la crisis económica.

Una batalla por la candidatura imposible

Morales insiste en postularse aunque el Tribunal Constitucional prohibió un tercer mandato. Tras renunciar al MAS por disputas con Arce, ahora promueve protestas con un partido no habilitado. El Gobierno respondió con una demanda penal por siete delitos.

El costo de la polarización

Las pérdidas económicas y sociales profundizan la crisis en un año electoral clave. Mientras el Ejecutivo garantiza «seguridad jurídica» a productores, la CNI pide «racionalidad» para evitar más daños a la ya frágil economía boliviana.