UE admite dependencia de tecnología estadounidense

La Comisión Europea reconoce públicamente la imposibilidad de reducir su dependencia de grandes tecnológicas como Microsoft o OpenAI, priorizando la cooperación internacional.
POLITICO

La UE admite que no puede prescindir de la tecnología estadounidense

La Comisión Europea reconocerá públicamente la dependencia de las grandes tecnológicas de EE.UU. El nuevo plan estratégico prioriza la colaboración internacional en lugar de la soberanía tecnológica. El anuncio se produce en un contexto de creciente presión por reducir esta dependencia.

«Desengancharse es irreal»

La UE publicará este jueves una Estrategia Digital Internacional que reconoce la imposibilidad de reducir a corto plazo su dependencia de empresas como Microsoft o OpenAI. «La desconexión es irreal», afirma el borrador, que aboga por fortalecer la cooperación con EE.UU., China, Japón e India en áreas clave como chips, IA y computación cuántica.

El peso de los datos

Las empresas estadounidenses controlan más de dos tercios del mercado europeo de servicios en la nube, mientras que la participación de la UE en la producción global de microchips ha caído al 10%. El borrador admite la «superior capacidad innovadora de EE.UU.» y el «fracaso europeo en capitalizar la revolución digital».

Un movimiento con poco recorrido

A pesar del auge del movimiento Eurostack —que promueve infraestructuras tecnológicas europeas—, la estrategia refleja escepticismo sobre su viabilidad. La comisaria de Soberanía Tecnológica, Henna Virkkunen, ha insistido en mantener al bloque «abierto al mundo», con visitas a India, Japón y EE.UU. para fomentar alianzas.

Intentos locales frustrados

Ciudades como Copenhague y Aarhus (Dinamarca) buscan alternativas a Microsoft, pero falta infraestructura europea para sustituir a los gigantes estadounidenses. En Países Bajos, los esfuerzos por reducir esta dependencia se vieron frenados por la salida de Geert Wilders del gobierno.

Una dependencia forjada en décadas

Europa lleva años perdiendo terreno en innovación tecnológica frente a EE.UU. y Asia. Aunque la UE ha destinado miles de millones a supercomputadoras para IA, incluso legisladores pro-tecnología como Eva Maydell admiten que «algunos trenes ya han partido».

Cooperar para competir

La estrategia marca un giro pragmático: en lugar de intentar la autosuficiencia, la UE buscará alianzas estratégicas para asegurar su posición en la cadena tecnológica global. Grupos como DigitalEurope respaldan este enfoque, subrayando la necesidad de una «alianza tecnológica transatlántica».