Bolivia podría importar gas en 2028 por caída en producción

La producción de gas en Bolivia ya no cubre la demanda interna, lo que podría llevar al país a importar gas desde 2028. Expertos advierten sobre una crisis fiscal y pérdida de soberanía energética.
Agencia de Noticias Fides - Bolivia

Bolivia podría importar gas en 2028 por caída en producción nacional

El 66% de la electricidad del país depende del gas, cuya producción interna ya no cubre la demanda. Expertos advierten que, sin cambios estructurales, el país perderá soberanía energética y enfrentará una crisis fiscal. La situación afecta ingresos por exportaciones y subsidios.

«Una garrafa que se vacía»

Bolivia genera 1.592 MW en horas pico, pero el 66% (1.084 MW) proviene de termoeléctricas a gas. «Sacar el gas que queda es como vaciar una garrafa: cada vez cuesta más», explica Raúl Velásquez de Fundación Jubileo. Las energías renovables solo aportan el 7%, según datos del experto Fernando Rodríguez Calvo.

Consumo interno supera a las exportaciones

Por primera vez en décadas, el 66% del gas se usa para electricidad (8 millones de m³/día), reduciendo exportaciones y divisas. «Menos gas para vender significa menos dólares para importar combustibles», alerta Velásquez. Los departamentos productores reciben solo 1,30 USD por millón de BTU en el mercado interno, frente a 7 USD por exportaciones.

Tres medidas urgentes para evitar el colapso

La Fundación Jubileo propone: 1) Reducir gasto público (empresas ineficientes, burocracia), 2) Ajustar el tipo de cambio para frenar fuga de divisas, y 3) Revisar subsidios a carburantes, que hoy benefician incluso a vehículos de lujo.

Una crisis anunciada y postergada

La caída en producción comenzó entre 2015-2016, pero «se ignoró por priorizar la agenda política», señala Velásquez. Gobiernos locales y movimientos sociales exigieron mayores rentas sin abordar el agotamiento del recurso. Sin nuevos megacampos, Bolivia importará gas desde 2028.

Energía al límite

El modelo actual, con alta demanda, baja inversión y campos agotados, amenaza la soberanía energética. Expertos coinciden: sin acciones inmediatas, el país enfrentará una crisis fiscal y dependencia de importaciones.