Trump insiste en llamar a Xi para reactivar estancadas negociaciones comerciales
La Casa Blanca confirma que es «probable» una llamada esta semana entre ambos líderes, pese al escepticismo sobre su efectividad. Las tensiones persisten por minerales críticos y fentanilo, con aranceles reducidos pero sin avances sustanciales desde mayo.
«El presidente está obsesionado con la llamada»
Según una fuente cercana a las negociaciones, Trump cree que un diálogo directo con Xi Jinping resolverá los desacuerdos comerciales. Sin embargo, analistas advierten que «Pekín percibe debilidad en su insistencia», según Daniel Russel, exfuncionario de la administración Obama. China mantiene bloqueadas exportaciones de tierras raras, vitales para la industria automotriz y electrónica estadounidense.
Un frágil alto al fuego
El acuerdo de mayo redujo aranceles (30% para EE.UU. y 10% para China) y estableció un plazo de 90 días para reanudar diálogos. Pero las acusaciones mutuas por incumplimientos paralizaron el proceso. «Pekín ralentiza envíos de minerales pese al pacto», denunció el representante comercial Jamieson Greer.
Fentanilo: la piedra angular sin resolver
China presentó dos propuestas para frenar el tráfico de precursores, pero EE.UU. no ha respondido. «Sin avances aquí, no habrá reducción adicional de aranceles», señaló un ejecutivo anónimo. Mientras, las restricciones estadounidenses a semiconductores y estudiantes chinos «aumentan la inestabilidad», según el Ministerio de Comercio chino.
Líderes vs. burocracia
Trump confía en su estilo personalista, pero Xi opera dentro de la estructura del Partido Comunista. «Xi no negociará detalles; solo principios», explicó Harry Broadman, exnegociador comercial. Rush Doshi, exasesor de Biden, alertó que «elevar las conversaciones al nivel presidencial podría truncar acuerdos técnicos necesarios».
Un pulso con alto costo económico
La guerra comercial, iniciada en 2018, amenaza una relación bilateral de 600.000 millones de dólares. Fabricantes de automóviles advierten que la escasez de imanes de tierras raras podría paralizar producción en semanas. China, por su parte, acusa a EE.UU. de «crear fricciones unilaterales».
¿Un reinicio o más de lo mismo?
La posible llamada refleja la urgencia de Trump por resultados visibles, pero las diferencias estructurales y la desconfianza mutua limitan su impacto. Mientras Pekín prioriza estabilidad y protocolo, Washington apuesta a la presión máxima, sin garantías de éxito.