Pacientes renales inician huelga de hambre por deuda del Ministerio de Salud
Cinco afectados exigen el pago de siete meses adeudados a centros de diálisis. La protesta, en la plaza 24 de Septiembre de Santa Cruz, advierte del riesgo de interrupción de tratamientos vitales para 2.000 personas. Acusan al Gobierno de incumplir promesas tras marchas previas.
«Nos dejan morir»: el grito desesperado de los pacientes
Marco Antonio Torres, representante de la Asociación Vida y Esperanza, declaró que «los centros están a punto de dejar de atenderlos» por la deuda acumulada desde 2024. «Si muere alguien, será culpa de la ministra Castro», afirmó. Los huelguistas exigen el pago inmediato de servicios de hemodiálisis y garantías para su continuidad.
Un conflicto que se arrastra
Davosan, uno de los proveedores afectados, confirmó que solo recibió dos pagos parciales. La falta de recursos ha suspendido incluso trasplantes de riñón en algunos centros. Los pacientes realizaron bloqueos y marchas sin obtener respuestas oficiales.
Antecedentes: una bomba de tiempo sanitaria
El Ministerio de Salud arrastra impagos desde 2024, pese a compromisos públicos. En 2025, la deuda alcanzó siete meses, poniendo en riesgo a pacientes que dependen de hemodiálisis tres veces por semana. Bolivia registra más de 2.000 personas en tratamiento renal, según datos de asociaciones médicas.
Hasta las últimas consecuencias
Los manifestantes mantendrán la huelga «hasta que el Gobierno responda». La medida evidencia la precariedad del sistema de salud pública para enfermedades crónicas. Su impacto podría escalar si más pacientes se suman o los centros suspenden servicios definitivamente.