Contrabando persiste en frontera Bolivia-Argentina pese a valla

El contrabando continúa en la frontera Bolivia-Argentina a través de nuevas rutas, pese a la construcción de una barrera de 200 metros. Mercancía ilegal se vende hasta 80% más barata que en Argentina.
El Deber

Contrabando persiste en frontera Bolivia-Argentina pese a valla de 30 mil dólares

Mercancía ilegal sigue cruzando por nuevas rutas en Bermejo. Argentina construyó una barrera de 200 metros para frenar el flujo, pero medios locales reportan que los pasos clandestinos continúan con precios hasta 80% más bajos que en territorio argentino.

«La valla no detiene a los carritos cargados»

Según el portal argentino TN, los contrabandistas trasladan ropa, electrodomésticos y neumáticos sin declaración fiscal. Un lavarropas que cuesta un millón de pesos en Tucumán se compra por 350.000 en Bermejo. «Los ‘peseros’ cobran solo 15.000 pesos por cruzar la mercancía», detalló el medio.

Controles ausentes y economía informal

Periodistas locales señalan que las fuerzas de seguridad solo observan el tráfico, con revisiones esporádicas. Victoria, una reportera salteña, defendió a los trabajadores informales: «No se puede demonizar a quien busca llevar pan a su mesa». El cruce ilegal cuesta entre 2.000 y 3.000 pesos argentinos.

Devaluación boliviana alimenta el mercado negro

Desde la crisis cambiaria de 2023, el peso argentino se fortaleció frente al boliviano, incentivando el contrabando «inverso» de alimentos y combustible. El presidente Arce anunció 11 medidas el 26 de mayo para frenarlo, pero productores las califican de insuficientes.

Una frontera porosa con raíces económicas

Salta tiene una de las tasas más altas de informalidad laboral en Argentina. La disparidad de precios y la facilidad para pagar con billeteras virtuales han consolidado redes ilegales, mientras las autoridades bolivianas refuerzan controles en 21 puntos estratégicos.

El alambre no tapa el problema de fondo

La eficacia de las barreras físicas queda en duda frente a la demanda de productos baratos y la falta de empleo formal. El flujo persistente evidencia la necesidad de soluciones estructurales más allá de las intervenciones puntuales.