La conexión social como clave para una vida más larga y saludable
Investigaciones recientes subrayan la importancia de la conexión social como un factor crítico en el bienestar de las personas y comunidades. La falta de conexión social está vinculada a un mayor riesgo de enfermedades como enfermedades cardíacas, ansiedad y depresión. La soledad y el aislamiento social pueden aumentar el riesgo de muerte prematura en un 26% y 29% respectivamente. En países como el Reino Unido y Japón, la desconexión social ha llevado incluso al nombramiento de ministros para abordar este problema de salud pública.
Expertos como Jeremy Nobel de Harvard destacan la necesidad de reducir el estigma en torno a la soledad y proponen enfoques como la prescripción social, donde los servicios de salud derivan a los pacientes a recursos comunitarios para mejorar su bienestar social.
Prosocialidad: Cuando ayudar a los demás también beneficia a uno mismo
El concepto de prosocialidad, que abarca comportamientos destinados a ayudar a otros, se asocia con mejoras en la salud personal. Estudios como el Baltimore Experience Corps Trial han demostrado que el voluntariado no solo beneficia a quienes reciben ayuda, sino que también mejora la salud cognitiva y física de los voluntarios.
La profesora Laura Kubzansky enfatiza que las personas más prosociales no solo tienen un impacto positivo en sus comunidades, sino que también disfrutan de mejor salud y longevidad personal.
El rol de la espiritualidad en la salud
La espiritualidad y la práctica religiosa están vinculadas a resultados positivos significativos en términos de salud. Investigaciones dirigidas por Tyler J. VanderWeele muestran que quienes asisten regularmente a servicios religiosos tienen un 30% menos de probabilidades de morir en los siguientes 16 años. Estos efectos se observan en diversas culturas y religiones, sugiriendo que la espiritualidad, más allá de la religión, puede mejorar el bienestar personal y comunitario.
El poder del optimismo para una vida más saludable
Ser optimista está relacionado con una mejor salud y una vida más longeva. Personas con expectativas positivas sobre el futuro son menos propensas a sufrir enfermedades crónicas. La profesora Laura Kubzansky explica que los optimistas suelen llevar estilos de vida más saludables, pero también se está investigando cómo factores como un microbioma intestinal saludable podrían estar vinculados al optimismo.
Importancia de un entorno laboral saludable
El trabajo es un determinante social crucial para la salud, según la profesora Lisa Berkman. Factores como el control sobre el horario, demandas laborales razonables, y buenas relaciones laborales influyen en la salud física y cognitiva de los trabajadores. Políticas laborales, como permisos de maternidad pagados, pueden tener un efecto protector sobre la salud mental y física.
Berkman sugiere que tanto las empresas como los gobiernos deben crear políticas que promuevan un entorno laboral saludable para mejorar la salud y bienestar de los trabajadores.