Mujer con diabetes reduce su alimentación a «tecito con pan» por crisis económica
Petrona Quispe, una comerciante de la tercera edad, relata cómo el alza de precios la obliga a racionar comida. La situación afecta a familias de escasos recursos en La Paz, donde protestaron con cacerolas vacías este miércoles. La mujer vende dulces para sobrevivir y reparte pan entre sus nietos.
«El hambre es más fuerte que la diabetes»
Petrona Quispe, de 68 años, contó a UNITEL que sus ingresos ya no le alcanzan para una alimentación adecuada. «A veces solo como tecito con pan, nomás. Tengo diabetes, pero ¿qué voy a hacer?», declaró. Sus ganancias como vendedora ambulante se destinan íntegramente a comida, aunque debe «estirar el dinero como chicle».
Impacto en la familia
La mujer divide una sola pieza de pan entre sus nietos y ha eliminado la cena. «Mis nietos están sufriendo«, afirmó entre lágrimas. Usa su bono social para comprar alimentos básicos, pero la inflación reduce su poder adquisitivo.
Cacerolazo contra la carestía
La crisis económica, marcada por escasez de combustible, subida del dólar y precios elevados, motivó una marcha en La Paz. Gremiales, médicos y mineros recorrieron calles hasta la plaza Murillo para exigir soluciones. La protesta simbolizó el descontento por el encarecimiento de la canasta familiar.
Un país en apuros
Bolivia enfrenta desabastecimiento de productos básicos y presión inflacionaria desde 2024. El gobierno anunció medidas como inversiones en maíz y arroz, pero sectores vulnerables —como adultos mayores con empleos informales— son los más afectados.
El hambre no espera
El testimonio de Quispe refleja el impacto humano de la crisis. Mientras las protestas continúan, la eficacia de las políticas públicas dependerá de su capacidad para aliviar urgentemente a familias que, como la suya, han reducido su alimentación a lo mínimo.