Protestas en Bolivia por candidatura de Evo Morales

Seguidores de Evo Morales chocan con la Policía en La Paz exigiendo su inscripción como candidato, pese a su inhabilitación constitucional.
El Deber

Seguidores de Evo Morales chocan con la Policía en tercer día de protestas

Manifestantes exigen inscripción de Morales como candidato pese a inhabilitación constitucional. Los enfrentamientos ocurrieron en La Paz durante una marcha hacia la plaza Murillo. La protesta también critica la gestión económica del presidente Arce.

«Gas pimienta y balines de goma para contener la marcha»

Decenas de seguidores del expresidente intentaron ingresar a la plaza Murillo, sede del Gobierno, pero fueron repelidos por la Policía. El comandante Gunther Angulo justificó el uso de fuerza al calificar la protesta como «agresiva», tras derribo de barreras y lanzamiento de petardos. Los manifestantes portaban banderas Wiphala y quemaron muñecos con los rostros de Arce y un vocal del TSE.

La demanda central

Los protestantes exigen que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) registre la candidatura de Morales con el partido Pan-Bol, pese a que este perdió su personalidad jurídica por no alcanzar el 3% de votos en 2020. Ruth Nina, jefa de Pan-Bol, intentó sin éxito presentar una solicitud al TSE, que alegó plazo vencido.

División en el oficialismo

Morales renunció al MAS en 2021 por disputas con Arce. Ahora, el oficialismo está fracturado en tres bloques: el MAS oficialista (con Eduardo del Castillo como candidato), el sector del Senador Andrónico Rodríguez y el grupo leal a Morales.

Antecedentes: Un tercer mandato imposible

El Tribunal Constitucional Plurinacional estableció en 2025 que la reelección en Bolivia solo está permitida «por una única vez de forma continua», lo que inhabilita a Morales, quien ya gobernó tres períodos (2006-2019). Pan-Bol alega un fallo judicial reciente que obliga al TSE a revisar su cancelación, aunque no menciona la candidatura del expresidente.

Paz social en juego

Las protestas evidencian la tensión política previa a las elecciones del 17 de agosto, con un oficialismo dividido y demandas sociales por crisis económica. La resolución del TSE sobre Pan-Bol podría definir la escalada o calma del conflicto.