La bondad: clave para una mejor salud física y longevidad

Un estudio de Harvard sugiere que las actividades altruistas no solo mejoran la salud mental sino también la física, reduciendo el estrés y prolongando la vida.
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Personas de colores unidos formando espirales.
Ilustración de personas estilizadas tomadas de la mano formando patrones de espiral.

La relación entre la bondad y la salud física

Un reciente estudio realizado por investigadores en la Escuela de Salud Pública de Harvard T.H. Chan sugiere que las actividades altruistas, como el voluntariado, no solo benefician la salud mental, sino también la física y la longevidad. Laura Kubzansky, profesora de ciencias sociales y del comportamiento, coautoró una investigación que establece un vínculo entre el voluntariado y la reducción de dolores físicos. Por otro lado, Tyler VanderWeele, profesor de epidemiología, dirigió un estudio que asoció el voluntariado regular con menores riesgos de mortalidad y mejor funcionamiento físico en la vejez.

La conexión entre bondad y conexión social

Laura Kubzansky argumentó que los actos de bondad pueden mejorar la conexión social y reducir el estrés. Ayudar a los demás puede ser una forma efectiva de combatir la amenaza de la soledad, un conocido factor de riesgo para la salud. Además, la participación en actividades altruistas puede servir como una distracción positiva de los propios problemas, reduciendo la reactividad personal ante el estrés diario. Kubzansky enfatiza que estos actos pueden aportar una perspectiva más amplia sobre los propios desafíos personales.

El estrés y su impacto en la salud

Immaculata De Vivo, profesora en el Departamento de Epidemiología, explicó cómo la reducción del estrés beneficia a la salud, particularmente a través de su relación con los telómeros, que son estructuras de ADN que protegen los cromosomas. El estrés puede acortar los telómeros, lo que se traduce en un efecto negativo sobre la salud celular y la longevidad del organismo. De Vivo sugirió que mantener buenos hábitos, como el ejercicio, una dieta saludable, el sueño adecuado y la práctica regular de la bondad y la empatía, ayuda a preservar la longitud de los telómeros.

Importancia de los buenos hábitos y el bienestar

Invertirse en hábitos positivos, capaces de reducir el estrés, puede contribuir a una longevidad mejorada y a una salud física más robusta. Actividades basadas en la bondad y el altruismo pueden actuar como herramientas para desactivar las vías del estrés, ofreciendo beneficios tangibles para el bienestar físico a largo plazo. En general, estos enfoques no solo favorecen una vida más larga, sino también una más saludable y satisfactoria.

En resumen, la práctica regular de la bondad no solo enriquece la vida de los demás, sino que también puede prolongar y mejorar la calidad de nuestra propia vida.