Startup Atomic Canyon usa IA para agilizar la industria nuclear
La empresa recaudó 7 millones de dólares para optimizar búsqueda de documentos en plantas nucleares. Su tecnología, probada en la central Diablo Canyon (EE.UU.), reduce tiempos en procesos críticos. Fundada en 2023, combina IA y supercomputación para un sector con miles de millones de páginas archivadas.
«La IA puede dar velocidad a la energía nuclear»
Trey Lauderdale, fundador de Atomic Canyon, identificó que las plantas nucleares gestionan hasta 2.000 millones de páginas de documentos. Su solución usa modelos de lenguaje (LLM) con retrieval-augmented generation (RAG) para evitar errores. «Empezamos con búsquedas porque un fallo ahí solo causa frustración, no riesgos», explicó.
Inversión y colaboración estratégica
El fondo Energy Impact Partners lideró la ronda de financiación, con participación de Plug and Play Ventures y otros. El Laboratorio Nacional Oak Ridge aportó 20.000 horas de su supercomputadora, la segunda más rápida del mundo, para entrenar los modelos. Atomic Canyon ya tiene acuerdos con Diablo Canyon y otras empresas del sector.
Un sector lento ante la demanda de IA
La industria nuclear enfrenta presiones para acelerar su expansión, ya que los centros de datos de IA requieren energía limpia y constante. Sin embargo, su burocracia histórica y la complejidad regulatoria ralentizan los proyectos. Lauderdale destaca que «dominar la búsqueda es la base» antes de automatizar redacción de informes.
De San Luis Obispo al mundo
La idea surgió cuando Lauderdale, emprendedor en salud, conversó con empleados de Diablo Canyon en su ciudad natal. La central, cercana a su hogar, demostró el caos documental del sector. Atomic Canyon prioriza EE.UU., pero su tecnología es escalable a plantas en otros países.
Un futuro con humanos en el circuito
La startup mantendrá supervisión humana en todos los procesos, incluso al generar borradores automáticos. Lauderdale no especificó plazos para nuevas funciones, pero subrayó que la precisión en búsquedas es clave. El sector nuclear, con su aversión al riesgo, exige soluciones sin margen de error.