Rey Carlos III reafirma soberanía de Canadá ante tensiones con EE.UU.
El monarca leyó un discurso escrito por el gobierno canadiense que enfatiza la independencia del país. El primer ministro Mark Carney busca redefinir la relación bilateral tras amenazas comerciales y anexión por parte de Donald Trump. La visita real coincidió con la reapertura del Parlamento en Ottawa.
«El verdadero norte es fuerte y libre»
El rey Carlos III citó el himno nacional canadiense en un mensaje dirigido tanto a los ciudadanos como a la Casa Blanca. El discurso, redactado por el gobierno liberal, subrayó que Canadá y EE.UU. son «naciones soberanas» con intereses comunes pero también diferencias. Carney aprovechó la ocasión para reforzar su postura contra las presiones estadounidenses.
Un mensaje con destinatario claro
Funcionarios confirmaron que el discurso buscaba responder a los comentarios de Trump sobre una posible anexión de Canadá. Desde su regreso a la presidencia, Trump ha sugerido que el país podría convertirse en el «estado 51» de EE.UU., además de imponer aranceles a productos canadienses. «Canadá no está en venta. Nunca lo estará», declaró Carney en una reunión reciente en la Oficina Oval.
Medidas concretas en comercio y defensa
El gobierno anunció su intención de unirse a ReArm Europa para fortalecer la seguridad transatlántica y aumentar la presencia militar en el Ártico. El rey mencionó que esta región enfrenta «nuevas amenazas», en alusión indirecta a China y Rusia. También se reforzarán controles fronterizos contra el fentanilo, una preocupación expresada por Trump.
Entre la pompa y la indiferencia
La visita real, solo la tercera en la historia en inaugurar el Parlamento, incluyó un desfile en carruaje y salvas de honor. Sin embargo, un 83% de canadienses declaró indiferencia ante la presencia del monarca, según una encuesta de Angus Reid. Aún así, el evento congregó a ex primeros ministros y ciudadanos con símbolos patrióticos.
Una relación en punto muerto
Las tensiones comerciales escalaron en marzo cuando Trump impuso aranceles del 25% a bienes canadienses y del 10% a energía y potasio, usando el fentanilo como justificación. Datos muestran que menos del 0.1% de las incautaciones de esta droga en EE.UU. provienen de Canadá. Las medidas afectan principalmente a sectores como el acero y el aluminio.
Un nuevo capítulo en la política canadiense
Carney, elegido el mes pasado, capitalizó el sentimiento de incertidumbre ante las presiones estadounidenses. Su discurso marca el inicio de una estrategia para «transformar la economía» y renegociar los términos de la relación bilateral, que considera obsoleta. El Parlamento retoma actividades tras seis meses de pausa.