Carney asume como primer ministro de Canadá con desafíos económicos y políticos
El nuevo líder liberal enfrenta tensiones comerciales con EE.UU. y una agenda interna urgente. Debuta en el Parlamento con minoría y promete reformas económicas. Su primer discurso oficial será este martes con la presencia del rey Carlos III.
«No habrá luna de miel»: Carney contra todos
Mark Carney, exbanquero central y ahora primer ministro de Canadá, deberá navegar una compleja relación con Donald Trump mientras renegocia el acuerdo comercial bilateral. «Canadá no está en venta», declaró tras su reunión en la Casa Blanca. Su prioridad es crear «una nueva relación económica y de seguridad» con EE.UU., según su carta de mandato ministerial.
Batalla en el Parlamento
Carney, un novato en política doméstica, gobierna con minoría y necesita aliados para aprobar recortes fiscales y reducir regulaciones. «Trabajaremos con propósito y fuerza», dijo a su bancada. Su primer examen será el miércoles en el turno de preguntas parlamentarias, sin su principal rival, Pierre Poilievre, quien perdió su escaño.
La bomba económica
El gobierno prometió invertir 35.000 millones de dólares canadienses en vivienda e infraestructura, pero economistas advierten sobre un posible freno del PIB. Trump ha impuesto aranceles que afectan a Canadá, aunque el país espera recaudar 20.000 millones por retaliaciones. El presupuesto se presentará en otoño.
De bancos centrales a la política real
Carney, exgobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra, llega al poder en un momento de presión inflacionaria y crisis habitacional. Su promesa es hacer de Canadá «la economía más fuerte del G7», aunque admite: «Cometeré errores, pero los corregiré rápido».
El reloj corre para Carney
Tras tres semanas de sesiones parlamentarias, el primer ministro deberá prepararse para la cumbre del G7 en junio y negociar con los líderes provinciales en Saskatoon. Su capacidad para unificar al país y manejar las tensiones con Trump definirá su mandato.