Comunidad judía de Washington exige mayor seguridad tras asesinato de diplomáticos israelíes
Dos empleados de la Embajada de Israel fueron asesinados en un tiroteo. El ataque ocurrió el 22 de mayo de 2025 frente al Museo Judío de la capital estadounidense, donde se celebraba un evento cultural. La comunidad judía local reclama más protección ante el aumento de la violencia antisemita.
«Sabíamos que algo así podía pasar»
El CEO de la Federación Judía de Washington, Gil Preuss, afirmó que el ataque «era previsible» tras otros incidentes antisemitas en Pensilvania, Nueva Jersey y California. Las víctimas, Yaron Lischinsky y Sarah Lynn Milgrim, estaban vinculadas a actividades comunitarias en Washington. Milgrim, graduada en Relaciones Internacionales, era una figura activa en la ciudad.
Detalles del ataque
El sospechoso, identificado como Elias Rodríguez, gritó «Palestina libre» al ser detenido, según la jefa de policía de Washington. El tiroteo ocurrió tras un evento en el museo que promovía el diálogo sobre paz en Oriente Medio. El lugar albergaba también una exposición sobre la comunidad LGBTQ+ local.
Respuesta institucional y reclamos
Las autoridades aumentaron la seguridad alrededor de instituciones judías, pero Preuss advirtió que «esto no garantiza que no vuelva a ocurrir». Ron Halber, del Consejo de Relaciones Judías, calificó el hecho como «un acto de violencia política» y exigió al gobierno federal fondos para proteger centros culturales y religiosos.
Antecedentes de tensión
El ataque se produce en un contexto de creciente antisemitismo tras el conflicto entre Israel y Hamas en 2023. Un mes antes, la residencia del gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, fue incendiada por un sujeto que lo acusó de «perjudicar al pueblo palestino».
«Seguiremos viviendo como judíos, pero con más precaución»
La comunidad insiste en mantener su visibilidad pese a los riesgos. La Congregación Hebrea de Washington, que ya había reforzado su seguridad en 2024, admitió que las amenazas «son las mismas de ayer y seguirán existiendo». El desafío ahora es equilibrar protección y vida pública.