Del Castillo declara a Evo Morales su «principal enemigo»

El candidato del MAS acusa al expresidente de dividir al partido en plena campaña electoral, cuestionando su inhabilitación legal.
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Dos hombres en un montaje de fotos, uno lleva traje y el otro un suéter oscuro.
Una composición de dos imágenes que muestra a dos hombres en diferentes escenarios, cada uno gesticulando con las manos.

Del Castillo declara a Evo Morales como su «principal enemigo»

El candidato del MAS acusa al expresidente de dividir al partido. La confrontación ocurre en plena campaña electoral, a menos de tres meses de los comicios del 17 de agosto. Del Castillo cuestiona la inhabilitación legal de Morales.

«No entiende que no está habilitado»

Carlos Eduardo del Castillo, candidato presidencial del MAS-IPSP, afirmó que Evo Morales es «el principal enemigo» tanto suyo como del partido. Según el exministro de Gobierno, el líder cocalero «no acepta» su exclusión de las elecciones por carecer de partido político y por el rechazo en el referendo del 21F.

Asignatura pendiente: la orden de aprehensión

Del Castillo reveló que, durante su gestión ministerial, «se hicieron cumplir las leyes» contra las movilizaciones del evismo, pero quedó pendiente ejecutar la orden de captura contra Morales por presunta trata de personas.

El evismo pierde fuerza, según el candidato

El aspirante aseguró que «la gente ya no cree en Morales» y que los simpatizantes retornarán al MAS-IPSP. «Aquí se gana convenciendo, no con miedo», afirmó, confiado en su triunfo el 17 de agosto.

Una rivalidad con historia

La fractura entre el MAS y Morales se profundizó tras el referendo de 2016 (21F), donde los votantes rechazaron su reelección. Aunque el expresidente intentó postularse nuevamente en 2020, su inhabilitación legal y la pérdida de apoyo dentro del propio partido marcaron su declive político.

Las elecciones definirán el futuro del MAS

La contienda del 17 de agosto será clave para el oficialismo, que busca mantenerse en el poder sin Morales como figura central. Del Castillo apuesta a consolidar su liderazgo, mientras el expresidente enfrenta desafíos legales y políticos.