Organizaciones evistas marcharán a La Paz para inscribir a Morales pese a inhabilitación
El Pacto de Unidad confirmó una movilización hacia la sede de gobierno para el 16 de mayo. La decisión se tomó horas después de que el TCP ratificara la inhabilitación de Evo Morales como candidato presidencial. Los manifestantes califican el fallo como «inválido».
«La batalla final»: rumbo a La Paz
Dirigentes del Pacto de Unidad evista anunciaron que «ahora sí empezó la batalla final» tras el fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) que impide una nueva reelección de Morales. «No nos van a someter», declaró un líder en conferencia de prensa desde Cochabamba. La marcha partirá el 16 de mayo con el objetivo de presionar por la inscripción del líder cocalero.
Advertencias y resistencia
Los organizadores denuncian una «intención de evitar el registro» de Morales y aseguraron que «a las buenas o a las malas» lograrán su candidatura. Advirtieron que responderán ante cualquier intervención: «Si hay provocación, nosotros vamos a reaccionar». Una dirigente añadió que el TCP «no puede rechazarlos» porque Morales aún no está inscrito oficialmente.
Un fallo que no detiene la movilización
El TCP determinó que solo se permite una reelección, inhabilitando a Morales para postularse nuevamente. Sin embargo, las organizaciones sociales evistas consideran la resolución «inválida» y mantienen su estrategia de presión. «No nos van a intimidar», insistió una portavoz, llamando a más sectores a sumarse a la protesta.
De la cuna evista a las calles
El conflicto surge en un contexto de tensiones dentro del oficialismo, donde sectores leales a Morales desafían al gobierno de Luis Arce y David Choquehuanca. La última vez que el TCP resolvió sobre la reelección fue en 2017, cuando habilitó a Morales pese a límites constitucionales.
La marcha definirá el pulso político
El éxito o fracaso de la movilización marcará la capacidad de presión del evismo frente a las instituciones. El gobierno enfrenta el reto de manejar el conflicto sin escalar la tensión, mientras el TCP mantiene su postura jurídica.