Uno de cada dos bolivianos rurales vive en pobreza
El 52% de la población rural boliviana es pobre, según datos del INE analizados por la Fundación Jubileo. La brecha con las ciudades es abismal: la pobreza extrema rural (26,5%) cuadruplica la urbana (5,9%). El informe, publicado el 8 de mayo de 2025, revela un retroceso postpandemia y alerta sobre crisis alimentaria y falta de derechos básicos.
«La informalidad laboral perpetúa la miseria»
Bolivia tiene la segunda tasa de informalidad más alta de Sudamérica (84,5%), según la OIT. En el campo, este índice llega al 90%, principalmente en agricultura, condenando a los trabajadores a inestabilidad y exclusión social. Jubileo vincula esta realidad con la baja productividad y la falta de mercados formales.
Educación: la trampa de la pobreza
Solo el 33% de los estudiantes de secundaria comprende textos básicos y un 3% resuelve operaciones matemáticas elementales, según el Observatorio Plurinacional de la Calidad Educativa. Estas carencias condenan a los jóvenes rurales a empleos precarios, agravando el ciclo de pobreza intergeneracional.
Cohesión social fracturada
El PNUD reporta que Bolivia tiene un Índice de Cohesión Social del 53,3%, con solo 32,5% de confianza en instituciones. La inclusión social alcanza apenas el 59,7%, con brechas en salud, vivienda y empleo. La Fundación Jubileo advierte que la pobreza no es solo económica, sino también exclusión de derechos fundamentales.
Raíces de un problema histórico
La pandemia revirtió los avances contra la pobreza logrados entre 2016 y 2019. En 2023, el 36,5% de los bolivianos (4,46 millones) eran pobres, con 1,84 millones en áreas rurales. La recuperación urbana en comercio y servicios contrasta con el estancamiento del campo, donde persisten bajos ingresos y falta de infraestructura.
Un futuro que exige cambios estructurales
El informe propone inversión en educación rural, formalización laboral con incentivos fiscales y políticas territoriales diferenciadas. Critica que los programas asistenciales son insuficientes y urge un pacto social con rendición de cuentas. Sin reformas profundas, advierte, la pobreza rural seguirá limitando el desarrollo boliviano.