SoundCloud modifica sus términos para permitir entrenar IA con contenido de usuarios
La plataforma incluyó en febrero una cláusula que autoriza el uso de audios subidos para desarrollo de inteligencia artificial. El cambio, detectado por un experto en ética tecnológica, no ofrece opción de exclusión visible. SoundCloud afirma que aplica salvaguardas técnicas y respeta acuerdos con discográficas.
«Tu música podría alimentar algoritmos»
Los nuevos términos de SoundCloud, actualizados el 7 de febrero, establecen que los usuarios «aceptan explícitamente» que sus contenidos sirvan para «informar, entrenar o desarrollar» IA. La cláusula fue identificada por Ed Newton-Rex, quien señaló que no existía en versiones anteriores. La plataforma excluye audios con acuerdos específicos, como los de sellos discográficos mayores.
Reacciones y matices
SoundCloud defendió que «nunca ha usado música de artistas para entrenar modelos de IA» y mencionó etiquetas como ‘no IA’ para bloquear usos no autorizados. Sin embargo, no hay opción clara para que usuarios individuales rechacen este tratamiento. La empresa alega que la modificación busca mejorar recomendaciones y detectar fraudes dentro de su plataforma.
La ola imparable de las plataformas
SoundCloud se suma a X (antes Twitter), LinkedIn y YouTube, que también ajustaron sus políticas en 2024 para permitir entrenamiento de IA. El debate central gira en torno al consentimiento: usuarios y artistas exigen que sea optativo y remunerado, mientras las empresas priorizan la innovación bajo argumentos de «mejora del servicio».
De la música a los algoritmos
La plataforma, con 12 años en el mercado, firmó en 2024 acuerdos con proveedores de herramientas de IA para remezclas y samples. Aunque prometió transparencia, la actualización de términos no fue comunicada directamente a los creadores, según verificó TechCrunch.
Un futuro con IA, pero ¿en qué términos?
La polémica refleja el desafío de equilibrar innovación y derechos de autor. SoundCloud insiste en que su enfoque es «ético», pero la falta de opt-out claro mantiene las dudas. La evolución de los marcos legales definirá hasta dónde pueden llegar estas prácticas.