African Parks despliega 2.119 guardas para gestionar 24 áreas protegidas en 13 países
La ONG African Parks gestiona la mayor fuerza de guardas de conservación de África, con 2.119 rangers desplegados en 24 áreas protegidas de 13 países. Su modelo prioriza la aplicación de la ley, pero ha enfrentado acusaciones de abusos contra los derechos humanos en algunos parques, lo que ha llevado a la organización a revisar sus protocolos.
Un modelo de conservación con aplicación de la ley
En el Parque Nacional de Nyungwe, Ruanda, 93 rangers armados y unos 100 eco-guardas comunitarios patrullan el bosque. Su tarea es prevenir y detener actividades como la caza furtiva, la minería ilegal y los incendios. La ONG opera bajo un contrato de gestión con el gobierno ruandés, siendo la autoridad primaria en la vigilancia del parque.
Estrategia comunitaria y cambio de comportamiento
Los eco-guardas, como Josephine Irandwanahafi, actúan como enlace con las comunidades locales. African Parks implementa proyectos de desarrollo comunitario, como apoyo a la agricultura, como parte de una estrategia para ganar aceptación y reducir la dependencia de los recursos del parque. Irandwanahafi, antes cocinera para furtivos, ahora trabaja para la organización.
Antecedentes: De reserva colonial a parque nacional
Nyungwe fue declarado reserva forestal en la época colonial para beneficiar a empresas madereras y mineras. Tras la independencia, las restricciones continuaron, pero la aplicación fue laxa. Después del genocidio, el gobierno expulsó a mineros artesanales y en 2005 lo declaró parque nacional. African Parks asumió su gestión en 2020 tras impresionar al gobierno con su trabajo en el Parque Nacional de Agakera.
Los desafíos de la aplicación de la ley
Los rangers realizan unas 100 detenciones anuales en Nyungwe, una cifra que afirma estar en descenso. Las penas por delitos de fauna pueden ser severas, como cinco años de prisión por poseer un duiker muerto. El jefe de aplicación de la ley, Ruyumbu Musango, enfatiza que su rol principal es la prevención mediante una red de informantes en las comunidades aledañas.
Acusaciones de abusos y respuesta institucional
En otros parques gestionados por African Parks, como Odzala-Kokoua (República del Congo) y Bangweulu (Zambia), rangers han sido acusados de golpizas, torturas y agresiones sexuales. Tras investigaciones periodísticas, la ONG contrató a una firma legal para investigar. En 2025, anunció la creación de un panel de expertos africanos en derechos humanos para revisar su historial y diseñar un proceso de quejas.
Implicación en conflictos armados
En parques como Pendjari y W, en Benín, los rangers operan en una zona de conflicto contra una insurgencia yihadista. En 2024, cinco rangers murieron en un ataque. La naturaleza exacta de su cooperación con el ejército beninés no es clara. Investigadores también reportan denuncias de que rangers han matado ganado y, en un incidente, a pastores dentro del Parque Nacional W.
Cierre: Un experimento de alto riesgo en conservación
El modelo de African Parks representa un cambio significativo en la gestión de áreas protegidas en África, trasladando un papel de seguridad a gran escala a una entidad privada. La organización argumenta que la urgencia de las amenazas ambientales requiere un enfoque no convencional. Sin embargo, su creciente implicación en conflictos y las acusaciones de abusos plantean interrogantes sobre los límites y la supervisión de este experimento de conservación.