La Reserva Federal inicia un nuevo programa de QE con la inflación aún alta
La Reserva Federal (FED) inyectará unos 200.000 millones de dólares en liquidez en los próximos cinco meses. Este programa, efectivamente un nuevo QE (Quantitative Easing), se activa mientras la inflación subyacente (IPC) ronda el 2,8% y el crecimiento económico se mantiene sólido.
Un QE atípico para un problema de «fontanería» financiera
El objetivo declarado no es estimular la economía, sino evitar tensiones en los mercados de financiación a corto plazo, como el mercado repo. La confianza puede fracturarse en estas plazas, especialmente en fechas clave como el fin de año. Si el efectivo escasea, las instituciones lo acaparan, los diferenciales de crédito se amplían y el riesgo se revalora en cuestión de días.
El punto de presión: el crédito privado y la deuda de la IA
Esta posible repreciación del riesgo colisiona con el despliegue de la Inteligencia Artificial (IA), financiado con deuda. Unos 1,3 billones de dólares en gasto de capital están vinculados a la IA. Sin embargo, proyectos como los centros de datos enfrentan restricciones logísticas y de suministro eléctrico. La empresa CoreWeave es un marcador temprano de estrés: sus bonos han caído, con rendimientos cercanos al 12%, y proyecta un flujo de caja libre negativo de unos 15.000 millones el próximo año.
El riesgo latente en un mercado opaco
El peligro mayor reside en el mercado de crédito privado, valorado en 1,8 billones de dólares. Estos préstamos, no cotizados en bolsa, carecen de transparencia de precios. Se ha ofrecido liquidez trimestral en unos 300.000 millones. Casos como el préstamo de First Brands, negociado a niveles muy bajos tras acusaciones de fraude, ilustran el tipo de choque que puede desencadenar rescates masivos.
Dos escenarios posibles para la intervención de la FED
Si el estrés se contiene, este QE será una operación de mantenimiento del sistema. Si se extiende, los mercados podrían forzar recortes de tipos de entre 100 y 200 puntos básicos, y más QE, independientemente de los datos de inflación. Paralelamente, Fannie Mae y Freddie Mac han incrementado sus carteras de bonos hipotecarios en un 25% aproximadamente.