Suecia cierra su embajada en Bolivia pero mantendrá cooperación desde 2026
El cierre de la embajada sueca en Bolivia se hará efectivo a finales de 2026. La embajadora Johanna Teague explica que esta decisión responde a un giro global en la política exterior de Suecia, marcado por prioridades geopolíticas y de seguridad. La representación diplomática continuará a través de una embajada concurrente, cuya ubicación se está evaluando.
Un cambio de modelo por razones globales
La embajadora aclara que la decisión no está relacionada con la situación interna de Bolivia, sino que forma parte de un paquete de medidas que afecta a otros cuatro países. Este giro responde a prioridades globales y a la necesidad de atender desafíos de seguridad en la región inmediata de Suecia. En paralelo, el país nórdico incrementa significativamente su apoyo a Ucrania.
Cooperación futura a través de otros canales
Suecia mantendrá su compromiso con Bolivia a través de agencias multilaterales, la Unión Europea y programas temáticos globales. Áreas como la educación superior, con convenios en la UMSA y la UMSS, la cooperación ambiental y el fomento de vínculos comerciales seguirán vigentes. Más de 30 empresas suecas ya operan en el país.
Transición ordenada de los proyectos en curso
La mayoría de los programas de cooperación bilateral, que desde 1998 superaron los 600 millones de dólares, ya están en proceso de finalización. Los fondos comprometidos para el próximo año serán menores y estarán destinados a una transición responsable. Todos los convenios bilaterales concluirán en agosto de 2026.
La relación bilateral más allá de la embajada
Aunque concluirá la presencia física de la embajada, Bolivia contará con un embajador concurrente. La relación se preservará también a través de la coordinación dentro de la Unión Europea y en foros multilaterales como las Naciones Unidas, donde ambos países son aliados en la defensa de valores comunes.
Antecedentes de una cooperación de décadas
Suecia ha construido en Bolivia una relación sólida y de largo plazo, con un aporte global que supera los 600 millones de dólares desde 1998. Su legado incluye el fortalecimiento de instituciones como la Defensoría del Pueblo y el apoyo en áreas de derechos humanos, medio ambiente y desarrollo económico inclusivo.
Cierre: Un socio que cambia de forma, no de fondo
La decisión sueca refleja un reordenamiento de su política exterior y de cooperación ante un escenario global cambiante. Implica el fin de la cooperación bilateral directa y el cierre de su embajada residente, pero no supone una retirada completa. Suecia apostará por ser un socio cercano desde otros espacios multilaterales y a través de una representación diplomática concurrente.