Congreso presiona al Pentágono por bombardeo a sobrevivientes en el Caribe
Un informe del Inspector General del Pentágono concluyó que las acciones del secretario de Defensa, Pete Hegseth, representaban un riesgo. Legisladores investigan un segundo ataque a una presunta «narcolancha» frente a Venezuela, que algunos califican de posible crimen de guerra.
Escrutinio por un ataque controvertido
El Comité de las Fuerzas Armadas del Senado inicia una investigación. El ataque del 2 de septiembre, donde un equipo de operaciones especiales bombardeó a dos sobrevivientes de un buque previamente atacado, está en el centro de la polémica.
La defensa de Hegseth y la reacción legislativa
El secretario de Defensa citó la «niebla de guerra» para justificar la acción. Sin embargo, senadores como el republicano Thom Tillis y el demócrata Chris Van Hollen exigen responsabilidades, llegando este último a pedir la dimisión de Hegseth.
Antecedentes: Un estilo de liderazgo bajo la lupa
Pete Hegseth se comprometió a implantar una «cultura guerrera» en el Departamento de Defensa, renombrándolo como Departamento de Guerra. Su uso de la aplicación Signal para hablar de operaciones militares ya había sido criticado en un informe oficial por su riesgo.
Cierre: Una crisis de supervisión en marcha
El Congreso ejerce una supervisón inusual sobre el Pentágono. La investigación abierta por comités tanto republicanos como demócratas marca un punto de tensión entre el poder legislativo y el ejecutivo, a pesar del apoyo público del presidente Trump a Hegseth. El almirante Frank Bradley, quien presuntamente ordenó el segundo ataque, declarará ante el Congreso.