Eisch decora vasos con oro en el Bosque Bávaro desde 1945
La empresa Eisch decora vasos con oro desde hace casi 80 años. La fábrica, situada en Frauenau (Bosque Bávaro), se especializa en la verificación de vidrio. Esta técnica puede, en algunos casos, mejorar incluso el sabor del vino.
El cristal actual: funcionalidad ante todo
Actualmente, las copas de vino se consideran nobles si no están decoradas. El ideal es que sean puras y finas, con un tallo estrecho, base plana y un cáliz muy delgado. Hace unos años, solo el soplado manual conseguía esta apariencia, pero hoy algunos fabricantes logran un resultado similar a máquina.
La razón de la simplicidad
Esta búsqueda de la discreción responde a la función de la copa: es un medio funcional para el vino, diseñado para desplegar y transmitir aromas. En este contexto, la forma es crucial.
La excepción a la regla
Sin embargo, la demanda de piezas decoradas se mantiene en otros tipos de recipientes. Los vasos para whisky pueden ser pesados y con ornamentos, y las jarras a menudo presumen de colores y diseños en lugar de ser lisas y transparentes.
Una tradición centenaria
La decoración de vidrio es un arte con siglos de historia. La empresa Eisch aplica esta tradición desde su fundación, especializándose en el tratamiento de copas, jarras y otros objetos.
Un legado que perdura
La actividad de Eisch muestra la coexistencia de dos mercados: el de la cristalería fina y funcional para vino, y el de las piezas decorativas para otras bebidas, demostrando que la ornamentación mantiene su relevancia en segmentos específicos de la industria del vidrio.