RSF mata a 460 personas en un hospital de Sudán tras tomar Al-Faschir
Más de 1.500 civiles muertos en tres días. La milicia RSF (Rapid Support Forces) ha tomado la ciudad sudanesa de Al-Faschir, desatando una crisis humanitaria con cientos de miles de civiles atrapados.
Masacre en Instalaciones Sanitarias
El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, manifestó su “conmoción” por los informes que señalan que más de 460 pacientes y familiares fueron asesinados en una maternidad. A través de la red X, exigió que “todo el personal y las instalaciones sanitarias deben protegerse” según la legislación internacional y pidió un alto el fuego.
Ejecuciones y Acusaciones de Genocidio
Una red de médicos sudaneses denunció que la RSF ha matado a más de 1.500 civiles desarmados en solo 72 horas. Las víctimas fueron abatidas cuando intentaban huir. La organización acusó a la milicia de cometer un genocidio contra la población no árabe del país, una valoración respaldada por investigadores del conflicto.
Catástrofe Humanitaria en Desarrollo
Miles de civiles huyen mientras 300.000 personas permanecen atrapadas en Al-Faschir, sin alimentos ni asistencia médica. Tom Fletcher, de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), confirmó que las rutas de escape están bloqueadas por “bombardeos intensivos y ataques terrestres”. La ONU califica la situación en Sudán como la mayor crisis humanitaria del mundo.
Antecedentes de un Conflicto Étnico
Sudán sufre una guerra desde abril de 2023 entre el ejército y la milicia RSF. En Darfur, la lucha está marcada por tensiones étnicas entre grupos árabes y no árabes por la tierra y el agua. La RSF, sucesora de milicias árabes, es acusada de atacar de forma sistemática a la población no árabe.
Repercusión y Cierre Internacional
Expertos critican la inacción internacional. Annette Hoffmann, del Instituto Clingendael, declaró que la falta de sanciones, incluso a los Emiratos Árabes Unidos (EAU) –señalados como proveedores de armas–, actúa como un “cheque en blanco” para la RSF. Los EAU niegan su implicación, aunque informes de inteligencia de EE. UU. detallan envíos de drones y otro armamento.