Países Bajos celebra elecciones parlamentarias sin favorito claro
Trece millones de neerlandeses están llamados a las urnas para elegir los 150 escaños de la cámara baja. Los sondeos previos reflejan un empate técnico entre tres formaciones.
Elección anticipada tras el colapso gubernamental
La coalición de derechas formada en 2023 se rompió en junio por desacuerdos en la política de asilo. El primer ministro Dick Schoof presentó su dimisión al rey Guillermo Alejandro, lo que condujo a esta convocatoria electoral.
Un gobierno efímero y conflictivo
La legislatura anterior, con Geert Wilders participando por primera vez en un gobierno, duró solo once meses. El líder del PVV congeló sus posturas más extremas y renunció a ser primer ministro, pero la etapa se caracterizó por el caos y los enfrentamientos.
Wilders mantiene apoyo pese al fracaso
Sus seguidores no le atribuyen la responsabilidad del colapso y consideran que otros partidos sabotearon a sus ministros. Sus antiguos socios de coalición, sin embargo, pagan las consecuencias en los sondeos.
La «barrera de contención» contra la extrema derecha
Durante más de una década, los partidos rechazaron pactar con Wilders. En 2023, la líder de la VVD, Dilan Yesilgöz, rompió esa línea y permitió su acceso al gobierno. Tras la ruptura, la barrera se ha rehecho y todos los partidos establecidos excluyen ahora una nueva colaboración.
Incierta formación de un nuevo gobierno
El sistema político neerlandés, tradicionalmente basado en coaliciones, se enfrenta a una compleja negociación. Aunque el PVV es favorito en intención de voto, su aislamiento político dificulta su gobernabilidad. La opción más estable pasaría por una gran coalición de los otros cuatro partidos principales.
Posibles candidatos a primer ministro
Varios nombres suenan para el puesto: Frans Timmermans (alianza GroenLinks-PvdA), Rob Jetten (D66), Henri Bontenbal (CDA) o Dilan Yesilgöz (VVD). Wilders, que vive bajo protección permanente, no tiene opciones reales de ocupar el cargo.
Repercusión e implicaciones para Europa
El resultado es relevante para países vecinos como Alemania, socio en la UE y la OTAN. La experiencia neerlandesa cuestiona la teoría de que los partidos de derecha radical se desacreditan al gobernar. El caso demuestra qué puede ocurrir cuando se derriba la barrera de contención contra formaciones extremistas.