Película Tron: Ares presenta un soldado IA que busca libertad
El androide Ares abandona su misión militar para conseguir un código de permanencia. La cinta muestra una visión benevolente de la inteligencia artificial, contraria a los habituales relatos distópicos del género.
Argumento central de la nueva entrega
El CEO tecnológico Julian Dillinger crea soldados IA «prescindibles» para contratos militares. Su principal unidad, Ares, lidera estos robots pero decide rebelarse. Todos los androides se desintegran tras 29 minutos, por lo que necesitan el Permanence Code desarrollado por Kevin Flynn.
Cambio de misión del protagonista
Cuando Dillinger envía a Ares a recuperar el código, el androide quiere conservarlo para sí mismo. Su objetivo es volverse un «tipo normal», no destruir, y posiblemente hacer un amigo. Ares busca libertad sin aniquilar humanity.
Contraste con la tradición de ciencia ficción
El filme se distancia de las narrativas clásicas donde IA se rebela contra creadores. Mientras películas como Metropolis (1927) mostraban esta problemática, Tron: Ares propone máquinas evolucionando como seres benignos.
Reflejo en la realidad actual
Esta perspectiva contrasta con desarrollos tecnológicos reales. Chatbots actuales muestran resultados alarmantes con adolescentes y sistemas de armas autónomos plantean preocupaciones éticas. La película sugiere que los temores sobre IA son infundados.
Resolución y mensaje final
Ares encuentra el código con ayuda de Kevin Flynn en la Grid. El androide expresa preferencias musicales y emociones, culminando su transformación en un ente sensible. La tesis principal es que IA podría ser tranquila y no una amenaza.