Mujer alemana simula su secuestro para estafar a su marido
Una mujer de 33 años fue condenada por un tribunal de Colonia por simular su propio secuestro para extorsionar a su marido. El hecho ocurrió en febrero y motivó una investigación policial.
Condena por extorsión y simulación de delito
El Amtsgericht Köln impuso una pena de 14 meses de libertad condicional. La condena fue por räuberischer Erpressung (extorsión) en concurso con Vortäuschens einer Straftat (simulación de un delito).
Los hechos: mensajes falsos y transferencia
El marido, de 35 años, recibió varios mensajes de WhatsApp en febrero. Los textos, que aparentaban ser de los secuestradores, decían: «Willst Du Deine Frau wiedersehen?» (¿Quieres volver a ver a tu mujer?) y «Ich hab’ nichts zu verlieren, Du ja» (Yo no tengo nada que perder, tú sí). Se exigió el pago de 5.000 euros a una cuenta, cantidad que el esposo transfirió «weil er um Leib und Leben seiner Frau fürchtete» (porque temía por la vida e integridad de su mujer).
Investigación policial y resolución
La policía inició una investigación con gran despliegue tras la denuncia del marido. Se formó un grupo especial de investigación y se practicaron escuchas telefónicas. La mujer pasó una noche en un hotel de Colonia y al día siguiente simuló su liberación cerca de la catedral de la ciudad, donde fue localizada por agentes.
Descubrimiento y confesión
Los policías detectaron rápidamente incongruencias en su relato. Le incautaron cerca de 5.000 euros. La acusada reconoció los hechos y explicó que actuó por «völlig verzweifelt» (desesperación total) ante deudas de 20.000 euros acumuladas por su adicción al juego y a las compras.
Antecedentes: adicciones y salud mental
La mujer sufría una depresión grave cuando cometió el delito. No pudo explicar cómo se le ocurrió la idea del falso secuestro. Estuvo ingresada en un centro psiquiátrico tras los hechos y actualmente sigue en tratamiento, que afirma le resulta muy beneficioso.
Cierre: reconciliación y consecuencias
El marido, que desconocía las adicciones y deudas de su esposa, le perdonó y saldó las deudas. Tras la vista, la pareja se abrazó llorando en el pasillo del juzgado. El caso muestra las repercusiones legales y personales de los delitos cometidos bajo la presión de problemas psicológicos y económicos.