ADN y videovigilancia capturan a dos ladrones del Louvre
Ocho joyas de la Corona, valoradas en 88 millones de euros, siguen sin aparecer. La filtración a la prensa de las detenciones complicó el rastreo del botín.
Detenciones que comprometen la investigación
La Brigada de Represión del Bandidaje (BRB) arrestó a un franco-argelino de 39 años en el aeropuerto Charles de Gaulle y a un francés originario de Malí en Saint-Denis. La filtración de estas detenciones a los medios enfureció a fiscales y policías, ya que un equipo seguía a los sospechosos para localizar a los patrocinadores y las joyas.
La huella genética y el rastro de la fuga
La identificación se logró por ADN hallado en un casco y un chaleco amarillo abandonados durante la huida. El uso de videovigilancia permitió rastrear la ruta de escape en scooters T-Max Yamaha hacia la autopista A6. La policía accedió a imágenes de cámaras de autopistas, bancos y comercios.
El botín de la Corona desaparece
Los ocho objetos robados, entre ellos el collar del ajuar de zafiros de la reina María Amalia, no se han recuperado. Solo se halló la tiara de la emperatriz Eugenia, dañada. Existe el riesgo de que las joyas sean desmembradas y vendidas al por menor en el extranjero, lo que imposibilitaría su reconstrucción.
Repercusión internacional sobre la seguridad
57 directores de museos, incluidos el Met de Nueva York y la National Gallery de Londres, defendieron en Le Monde que los museos deben ser espacios abiertos y no cajas fuertes. El robo evidencia fallos de seguridad en el Louvre, cuya directora calificó el sistema como «obsoleto». Las joyas fueron trasladadas posteriormente al Banco de Francia.
Un cierre con joyas en el aire
El ministro del Interior, Laurent Núñez, mostró confianza en encontrar a los ladrones pero preocupación por la recuperación del botín. La investigación continúa con cien investigadores dedicados al caso para localizar a los dos ladrones restantes y las joyas robadas.