Seguidores de Quiroga denuncian fraude tras balotaje de 2025
El corte temporal en el SIREPRE avivó las sospechas de fraude entre simpatizantes de Jorge Tuto Quiroga, que salieron a las calles a protestar. Esto ocurre en un contexto de alta susceptibilidad electoral en Bolivia, seis años después de los polémicos comicios de 2019.
Protestas por presuntas irregularidades
Los simpatizantes de Jorge Tuto Quiroga manifestaron su descontento tras conocerse los resultados que daban como vencedor a Rodrigo Paz. La denuncia se centró en un corte de aproximadamente una hora en el Sistema de Resultados Preliminares (SIREPRE), reportado por el diputado electo Guillermo Mendoza. A pesar de que el propio Quiroga pidió respetar los resultados, sus seguidores persistieron en las movilizaciones.
La repercusión en las calles
Las protestas incluyeron marchas en plazas, vigilias en centros de cómputo y algunos enfrentamientos en la vía pública. La reacción se concentró en las ciudades donde el candidato de Libre había sido el favorito.
El fantasma de las elecciones de 2019
El país revive el trauma de 2019, cuando la interrupción del TREP desató una crisis política. La paralización del conteo rápido fue interpretada como fraude, lo que generó movilizaciones, un paro cívico de 21 días y culminó con la renuncia de Evo Morales. Aquel episodio, marcado por conflictos, heridos y fallecidos, caló profundamente en la memoria colectiva boliviana.
Antecedentes de denuncias electorales
La sospecha de fraude ha persistido en el país. En 2020, con el triunfo de Luis Arce del MAS, algunos revivieron la indignación, aunque las denuncias carecieron de sustento. Para 2025, el discurso del fraede circulaba en redes sociales incluso antes de la primera vuelta, alimentado por la polarización y el sesgo de confirmación de los usuarios.
Un llamado a sanar las heridas
Analistas como Germán Gutiérrez y Claudia Soruco coinciden en la necesidad de superar el trauma del fraude para encaminar al país hacia la unidad y la reconciliación. Sanar estas heridas requiere reestructurar al Estado y a la sociedad, un proceso cuyos resultados no se verán a corto plazo.