Cáncer de mama causa una muerte diaria en Bolivia
Una mujer muere cada día en Bolivia por cáncer de mama. Esta enfermedad es la segunda causa de muerte oncológica femenina. Cada jornada se diagnostican cinco nuevos casos, según datos del Programa Nacional de Lucha Contra el Cáncer.
Impacto nacional de la enfermedad
Entre 2020 y octubre de 2024 se registraron 5.161 casos nuevos de cáncer de mama en Bolivia. La jefa de Oncología del Oncológico, Lucía Richter, advierte que el 70% de los casos se detectan tarde. La directora del Oncológico, Gloria Rodríguez, destaca que esta situación muestra que siete de cada diez mujeres no acceden a control oportuno.
Dificultades en el diagnóstico y tratamiento
Pacientes reportan falta de información oportuna y limitada disponibilidad de tratamientos. Mariana, diagnosticada a los 35 años, esperó ocho meses para confirmar su cáncer. La escasez de medicamentos innovadores y equipos modernos limita las posibilidades de cura.
Detección temprana como factor clave
Los especialistas recomiendan mamografía anual a partir de los 40 años. Richter indica que el cáncer en menores de 50 años representa el 30% en Bolivia. La detección en estadios iniciales permite tasas de curación superiores al 90%.
El cáncer de mama en hombres
Esta enfermedad afecta al 1% de la población masculina. El carcinoma ductal es el tipo más frecuente. Los especialistas recomiendan consulta inmediata ante cualquier nódulo o cambio en el pezón.
Proyección regional de la enfermedad
En América Latina se diagnosticarán 500.000 mujeres con cáncer de mama. Se estima que 100.000 fallecerán por esta causa. Para 2040, el diagnóstico aumentará un 39% a nivel global.
Antecedentes epidemiológicos
El cáncer de mama representa el 5,16% de todos los casos oncológicos registrados en Bolivia entre 2020 y octubre de 2024. El Programa Nacional de Lucha Contra el Cáncer documentó 31.398 casos nuevos de cáncer en ese período.
Implicaciones en salud pública
La detección tardía en el 70% de los casos evidencia fallas en el sistema de salud. La combinación de diagnóstico oportuno y avances terapéuticos podría reducir significativamente la mortalidad. La situación requiere fortalecer los programas de screening y garantizar el acceso a tratamientos.