Triple crimen en Florencio Varela fue transmitido en vivo por Instagram
Al menos 45 personas vieron la sesión de tortura y asesinato en tiempo real desde una cuenta privada. Los fiscales interpretan el hecho como un acto de disciplinamiento mafioso. El caso evidencia los desafíos de las plataformas para moderar contenido en directo.
El desafío de la moderación en tiempo real
Las redes sociales tienen normas estrictas sobre contenido gráfico. Meta, dueña de Instagram, prohíbe la publicación de material que muestre violencia extrema, utilizando un monitoreo que combina algoritmos e intervención humana. Sin embargo, los streams en vivo representan un desafío mayor porque las imágenes pueden multiplicarse y circular fuera del alcance de los moderadores en minutos.
Antecedentes que marcan un patrón
No es la primera vez que un crimen transmitido en directo desata críticas. En 2019, el ataque a dos mezquitas en Christchurch, Nueva Zelanda, fue transmitido por Facebook Live. En 2024, la tiktoker Valeria Márquez fue asesinada en México durante una transmisión. Estos hechos reavivaron los reclamos para que las plataformas actúen con mayor rapidez.
La tensión entre inmediatez y control
Los filtros actuales no son suficientes frente a organizaciones criminales que buscan exhibir su violencia. El caso podría acelerar cambios regulatorios que obliguen a implementar mecanismos de «corte automático» en transmisiones con violencia extrema, algo que hoy está en fase experimental.
Un debate tecnológico y ético abierto
El caso del triple crimen evidencia la tensión entre la libertad de expresión y la protección de la comunidad. Las empresas tecnológicas justifican el formato en vivo como un espacio de autenticidad, pero reconocen que es el escenario más difícil de controlar. Los controles automáticos y humanos no siempre alcanzan para frenar la circulación de estas imágenes.