La curiosidad se convierte en ventaja competitiva en educación y trabajo
La curiosidad activa circuitos de recompensa en el cerebro y estimula la dopamina. Este impulso por explorar permite a estudiantes y profesionales comprender más allá de lo evidente e innovar con propósito.
De estudiante a profesional: el caso Hazel
Hazel, estudiante de marketing de 21 años, destacaba por su curiosidad insaciable. Una inquietud sobre colores en campañas digitales la llevó al neuromarketing y a un laboratorio interdisciplinario. En su primer trabajo, su actitud inquisitiva le valió una promoción en menos de seis meses.
Impacto en el entorno laboral
Hazel impulsó sesiones de «curiosidad cruzada» en su equipo, donde cada miembro compartía hallazgos de su campo. Esta práctica generó campañas más inclusivas y fortaleció la colaboración.
La educación tradicional frente al enfoque lúdico
Expertos advierten que el sistema educativo tradicional sofoca la curiosidad natural con rutinas rígidas y aprendizaje pasivo. La educación contemporánea explora metodologías que colocan la curiosidad en el centro.
Nuevas herramientas educativas
El enfoque lúdico convierte los errores en oportunidades. Imma Marín y Esther Hierro explican que existe una actitud de juego global que permite aprender sin miedo.
La inteligencia artificial como aliada
La IA personaliza el aprendizaje y libera a docentes de tareas repetitivas. Esto permite enfocarse en formular preguntas poderosas y acompañar a los estudiantes. Hazel encontró en la IA un campo para explorar la intersección entre creatividad y tecnología.
Antecedentes: Un modelo educativo centrado en la curiosidad
La Universidad Franz Tamayo (UNIFRANZ) promueve este espíritu en su modelo educativo. Con espacios como el Fab Lab, proyectos multidisciplinarios y metodologías activas, UNIFRANZ incentiva la curiosidad de sus estudiantes como motor de aprendizaje y como estrategia para afrontar los desafíos del futuro.
Cierre: La curiosidad como recurso estratégico
La historia de Hazel ilustra que preguntar, explorar y conectar saberes se convierte en ventaja competitiva. Quienes se atreven a cuestionar lo establecido no solo aprenden más, sino que inspiran a otros y transforman su entorno, posicionándose como profesionales valiosos en un mundo en constante cambio.