Uganda prueba moneda digital con bonos y Kenia regula criptoactivos
Uganda pilota un ‘chelín digital’ respaldado por bonos del Estado. Kenia ha aprobado una ley para licenciar a los proveedores de servicios con criptoactivos. Ambas iniciativas responden al crecimiento de las transacciones digitales en una región con monedas locales volátiles.
Enfoques complementarios en África Oriental
Dos países vecinos adoptan estrategias distintas para el futuro del dinero. Uganda construye la infraestructura con una moneda digital basada en bonos del tesoro, mientras que Kenia escribe la normativa para crear un mercado regulado.
El piloto ugandés: activos tokenizados
El sistema ugandés, desarrollado por socios privados, utiliza una blockchain con permisos accesible desde smartphones ordinarios. Este proyecto forma parte de una inversión de 5.500 millones de dólares para tokenizar activos del mundo real, como plantas solares o minas. El Banco de Uganda aún no ha emitido un comunicado oficial confirmando su participación directa en esta prueba.
La ley keniana: marco regulatorio
El parlamento de Kenia ha enviado al presidente William Ruto la Ley de Proveedores de Servicios de Activos Virtuales (VASP). Esta normativa divide la supervisión entre el Banco Central de Kenia (CBK) y la Autoridad de Mercados de Capitales (CMA). Su objetivo es sacar a las criptomonedas de la zona gris mediante reglas de protección al consumidor, Conozca a Su Cliente (KYC) y lucha contra el blanqueo (AML).
Antecedentes de la digitalización monetaria
El África Subsahariana es una de las regiones de más rápido crecimiento en valor de transacciones blockchain. Las stablecoins se usan ampliamente para pagos y ahorro donde las monedas locales son volátiles. Nigeria lanzó una Moneda Digital del Banco Central (CBDC) en 2021, y Ghana y Sudáfrica han probado sus propias versiones.
Cierre: Implicaciones regionales y globales
El modelo de Uganda prueba si los activos públicos tokenizados pueden abaratar costes y agilizar pagos. La ley de Kenia podría convertirse en una plantilla replicable para otros mercados emergentes que buscan equilibrar la protección del consumidor con la innovación. El desarrollo de estas iniciativas dependerá de los detalles técnicos y regulatorios que se definan en los próximos pasos.