Proyecto Ciudades Verdes promueve plantar un árbol por familia en aceras
Un árbol puede servir para una persona o una familia, según la Unidad de Biodiversidad del Gobierno Municipal de La Paz. La iniciativa busca combatir el calor y el cambio climático mediante la vegetación en espacios urbanos pequeños.
El verde que cabe en una vereda
Marco Antonio Martínez Uriarte, jefe de la Unidad de Biodiversidad, afirma que cada metro cuadrado con vegetación en la ciudad cuenta. La Paz cuenta con 21 áreas protegidas y más de 700 plazas, pero el desafío es activar los pequeños espacios como aceras y jardineras.
El cemento como enemigo climático
La resistencia ciudadana a colocar árboles en aceras es un problema. El sellado con cemento aumenta la temperatura entre 5 y 10 °C. Martínez señala que un árbol es importante para la resiliencia y adaptación al cambio climático.
Sembrar no basta: el compromiso del cuidado
Las campañas de arborización urbana a menudo fracasan por falta de seguimiento. Se requiere reponer los árboles que mueren, práctica conocida como «refallo». Martínez explica que sembrar es un acto de compromiso que necesita alimentación y abonos periódicos.
Educación verde para la transformación urbana
La alianza entre educación y ambiente forma ciudadanos conscientes. Colectivos ambientales en barrios paceños replican campañas de adopción de árboles. La transformación ambiental empieza cuando los habitantes se apropian del espacio en aceras, patios y escuelas.
Una revolución desde las aceras
La iniciativa no requiere grandes presupuestos, sino voluntad y conciencia. Cada árbol plantado frente a una casa es una resistencia verde ante el cemento. La transformación urbana se mide en la sombra de un árbol plantado por vecinos.