Kennedy traslada 70 funcionarios sanitarios a clínicas indígenas cuatro meses
El secretario de Salud Robert F. Kennedy Jr. moviliza a unos 70 oficiales del cuerpo sanitario a centros del Servicio de Salud Indígena (IHS) con escasez de personal. La medida, de 120 días, afecta a agencias como los CDC y departamentos de salud locales durante un cierre gubernamental.
Impacto en las agencias de origen
Los traslados dejan vacantes clave en organismos federales y locales. La Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y Salud Mental (SAMHSA) pierde a líderes como el Dr. Chris Jones, cuya “conocimiento institucional” sostiene programas críticos. En Nueva York, la jefa de control de enfermedades, Dra. Celia Quinn, fue destinada a Arizona, dejando al departamento vulnerable ante posibles brotes.
Preocupación por la motivación y duración
Los destinos, inusualmente largos para un problema crónico, generan sospechas. Funcionarios anónimos creen que la estrategia busca presionar dimisiones sin indemnización, agravando la moral tras despidos masivos previos. Aunque la administración los justifica como cumplimiento de compromisos con comunidades tribales, los afectados recibieron menos de dos semanas de aviso.
Antecedentes de una crisis permanente
El IHS, que atiende a 2,8 millones de nativos americanos, sufre tasas de vacantes superiores al 30%. Kennedy prometió priorizar su atención, pero recortes paralelos en programas de apoyo tribal en los CDC y fondos epidemiológicos contradicen el gesto. Las movilizaciones se enmarcan en una purga más amplia de la agencia.
Cierre: Una solución temporal sin futuro
Expertos consideran los traslados un parche temporal para un problema estructural. Brett Giroir, exsubsecretario de Salud, exige contrataciones permanentes para el IHS. Líderes nativos como Joe Heath, consejero de la Nación Onondaga, dudan de su impacto real y critican la falta de consulta a las comunidades, subrayando que la solución requiere escuchar sus necesidades específicas.