Waltz intenta recuperar terreno en la Asamblea General de la ONU
Confirmado tres días antes del inicio de la cumbre. El nuevo embajador de EE.UU. ante la ONU, Mike Waltz, afronta su primer gran evento diplomático tras el escándalo de Signal.
Un comienzo bajo escrutinio
Mike Waltz fue confirmado en el cargo solo tres días antes de la semana de alto nivel de la Asamblea General. Su nombramiento es visto como una destitución de su anterior puesto de asesor de seguridad nacional, tras ser descubierto usando la aplicación Signal para discutir información sensible. A pesar de esto, altos cargos de la administración Trump han resaltado su papel clave en el equipo de seguridad nacional.
Desafíos inmediatos
Waltz se enfrenta a la difícil tarea de representar a un presidente, Donald Trump, que insulta abiertamente a la ONU y busca recortar su financiación. Su influencia real como interlocutor está en entredicho debido al escándalo que empañó su estrella dentro del gobierno.
Un nombramiento accidentado
La confirmación de Waltz enfrentó retrasos en el Senado. El senador Rand Paul impidió inicialmente el avance de la nominación, lo que llevó a los republicanos a negociar con la senadora demócrata Jeanne Shaheen para conseguir su voto. Posteriormente, los demócratas objetaron que su nominación se avanzó indebidamente, requiriendo una nueva votación en comité.
Alivio por tener un embajador
Entre los asistentes a la ONU existe un sentimiento de alivio porque el puesto no quedó vacante. Una diplomática europea y la senadora Shaheen expresaron satisfacción por tener a un embajador estadounidense presente para la Asamblea General.
Primeras acciones y respaldo
En su primera semana, Waltz ha advertido a Rusia sobre sus incursiones en el espacio aéreo de la OTAN y se ha opuesto al reconocimiento de un estado palestino. La administración ha amplificado sus declaraciones, con el secretario de Estado, Marco Rubio, y la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, destacando sus intervenciones.
Un foro para la diplomacia
Waltz defiende la ONU como un lugar para dialogar con países con los que EE.UU. no tiene contacto directo en Washington. En línea con la retórica de Trump, ha utilizado el hashtag #MUNGA (Make the U.N. Great Again) en sus redes sociales.
Un rol con limitaciones
El puesto de embajador ante la ONU no conlleva gran capacidad para establecer política. Implica trabajar desde Nueva York, lejos del centro de decisiones en Washington. La proximidad al presidente es crucial en esta administración, donde muchas decisiones se toman en conversaciones cara a cara con Trump.
Expectativas ante un orden global en crisis
Expertos como Jonathan Schanzer señalan que Waltz afronta enormes desafíos en un momento en que el orden global está bajo presión de China, Rusia e Irán. Su capacidad de impacto dependerá de su habilidad para comunicar la política de una administración profundamente escéptica con el multilateralismo.