Exministro afirma que Bolivia perdió control contra el narcotráfico
Más de 20 naciones reciben cocaína boliviana, según reportes de Naciones Unidas y Europol citados por el exministro Carlos Romero.
Expansión del narcotráfico
Carlos Romero señaló que Bolivia ya no es solo país de tránsito, sino productor, comercializador y exportador de cocaína. Afirmó que las incautaciones actuales apenas representan el 10% de lo que circula desde el país.
Violencia asociada
Reportó al menos 30 casos de sicariato vinculados al narcotráfico en los últimos tres años, una cifra que califica de inédita y que muestra la instalación del crimen organizado.
Punto de quiebre: la pandemia
Romero identificó que el confinamiento por COVID-19 en 2020 fue un factor clave que obligó a replegar fuerzas de seguridad. Las organizaciones criminales aprovecharon ese vacío para expandirse y nunca más se recuperó el control.
Otros factores agravantes
Menciónó el intercambio de oro y vehículos robados por drogas en fronteras, el descontrol absoluto en la Amazonía y la infiltración de mafias internacionales, incluso de los Balcanes.
Propuestas de cooperación
Romero insistió en que la lucha no puede ser un esfuerzo aislado. Propuso restituir el Centro de Investigación Regional Antinarcóticos (CERIAN), crear un comando conjunto de control aéreo y reactivar un laboratorio regional antilavado.
Crítica a la gestión actual
Cuestionó la actitud negacionista del Gobierno frente al problema, afirmando que la persistencia en negar la gravedad de la situación ha llevado a la crisis actual.
Implicaciones internacionales
La situación descrita por el exministro implica que el narcotráfico boliviano tiene repercusión en tres continentes, requiriendo una estrategia transparente y cooperación internacional urgente.