Polonia intercepta drones rusos que violan su espacio aéreo
Las defensas aéreas derribaron seis drones tras la intrusión. El hecho provocó el cierre temporal de varios aeropuertos. No se registraron daños ni víctimas.
Una respuesta inmediata y coordinada
El incidente ocurrió el 9 de septiembre, cuando drones rusos penetraron el espacio aéreo del este de Polonia. Aviones de combate polacos y de la OTAN se apresuraron a interceptarlos, mientras que los radares terrestres y las baterías de defensa aérea aseguraban las zonas civiles. Los restos de los drones fueron recuperados cerca de Biała Podlaska y Chełm.
La gran apuesta militar de Varsovia
Detrás de este hecho se encuentra la rápida acumulación militar de Polonia. En 2024, el país gastó el 4,2% de su PIB en defensa, la proporción más alta de la OTAN ese año. Su presupuesto de 2025 destina alrededor de 35.000 millones de euros, el 4,7% del PIB, para modernizar sus fuerzas. Polonia financia un programa quinquenal de 62.000 millones de euros para contar con un ejército de 500.000 efectivos para 2035.
Implicaciones económicas y de seguridad
Las apuestas económicas son claras. Los centros logísticos del este de Polonia manejan 1.200 millones de euros en comercio mensual con Ucrania y Bielorrusia. El cierre de aeropuertos interrumpió los flujos de carga y la confianza de los inversores. La industria de defensa polaca, cuyas exportaciones generaron 4.000 millones de euros el año pasado, vincula directamente la seguridad nacional con la estabilidad económica.
Una frontera en máxima alerta
Polonia planea desplegar siete estaciones de radar de largo alcance y baterías Patriot adicionales a lo largo de su frontera oriental de 1.500 km para disuadir futuras incursiones. Este esfuerzo de defensa se enmarca en un contexto de creciente tensión en el flanco oriental de la OTAN.
Un recordatorio para la Alianza
Este incidente subraya cómo los conflictos regionales pueden extenderse al territorio de la OTAN. La respuesta rápida y coordinada de Polonia demostró su preparación para defender su espacio aéreo soberano. Para los observadores internacionales, es una señal de que las tensiones en el borde de la Alianza conllevan serias implicaciones militares y económicas.