Santistevan acusa al Gobierno de minimizar la presencia del PCC en Bolivia
El militar retirado afirma que las autoridades «están coludidas con el narcotráfico». Cuestiona que el presidente Arce solo hable de «emisarios» pese a los reportes sobre la organización criminal brasileña operando desde Santa Cruz.
Una crítica frontal desde la experiencia
El abogado y militar en servicio pasivo, Jorge Santistevan, cuestionó este martes las declaraciones del presidente Luis Arce. Considera que «no hay voluntad» para luchar de manera frontal en contra del narcotráfico. Su crítica surge después de que Arce insistiera en que «no hay presencia de cárteles» en Bolivia y que solo se trata de «emisarios». Santistevan lamentó que «solo se reconozca que hay emisarios» en un país con una evidente actividad delictiva.
La evidencia de la presencia criminal
El pasado domingo, la red O Globo de Brasil reportó que Sérgio Luiz de Freitas Filho, uno de los narcotraficantes más buscados de su país y líder del PCC, reside desde hace más de 10 años en Santa Cruz de la Sierra. Hasta el momento se supo de al menos «cuatro capos del narcotráfico, principalmente del PCC, campeándose (en Bolivia)», a quienes el Gobierno denomina emisarios.
Las repercusiones para el ciudadano
La Fiscalía de Brasil reveló a finales de julio la presencia de unos 174 miembros de la organización criminal en Bolivia. El PCC se dedica al tráfico de armas y a brindar apoyo «logístico» a los alijos de cocaína que salen de Bolivia a mercados internacionales. Esta situación proyecta una imagen internacional del país y expone a la población a los efectos de la violencia asociada a estas actividades.
Un contexto de negación oficial
El contexto se caracteriza por la postura oficial del Gobierno de Bolivia, que niega la presencia de cárteles de la droga en el territorio nacional. Mientras tanto, reportes internacionales y de fiscalías extranjeras continúan señalando la operatividad de organizaciones criminales transnacionales, específicamente el Primer Comando Capital (PCC) de Brasil, dentro de las fronteras bolivianas, particularmente en Santa Cruz.
La credibilidad internacional en juego
La discrepancia entre las declaraciones gubernamentales y los reportes internacionales sobre el narcotráfico pone en evidencia un problema de imagen y credibilidad para el país. La eficacia de la lucha contra el narcotráfico queda en entredicho ante acusaciones de colusión, lo que podría tener implicaciones en las relaciones internacionales y en la seguridad interna.