España prohíbe venta de armas y tránsito de barcos con combustible a Israel
El gobierno español anuncia nueve medidas contra Israel por la ofensiva en Gaza. Israel acusa a España de «antisemita» y prohíbe la entrada a dos ministras. Madrid rechaza las acusaciones y convoca a su embajadora en Tel Aviv para consultas.
Un anuncio cargado de consecuencias
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, calificó la situación en Gaza como «uno de los episodios más infames del siglo XXI» y anunció la puesta en marcha «de forma inmediata nueve acciones adicionales para detener el genocidio en Gaza». La respuesta israelí fue inmediata, acusando al gobierno español de liderar «una línea hostil anti-israelí, con una retórica desenfrenada y llena de odio».
Las medidas concretas
Entre las medidas anunciadas se encuentran la prohibición de la compra y venta de armas a Israel y «la prohibición del tránsito, por parte puertos españoles, a todos los barcos que transportan combustibles destinados a las fuerzas armadas israelíes». España también cerrará su espacio aéreo a aviones que trasladen material defensivo a Israel y negará el ingreso a personas acusadas de participar directamente en el genocidio.
La réplica israelí
Israel, además de sus acusaciones, prohíbe la entrada a su país a la vicepresidenta Yolanda Díaz y a la ministra Sira Rego. El canciller israelí, Gideon Saar, recordó «los crímenes de la Inquisición» y la expulsión de los judíos de España en el siglo XV.
Un conflicto de larga data
El gobierno español reconoció el Estado de Palestina el año pasado, junto a Irlanda y Noruega. Sánchez recordó el derecho de Israel a existir y a garantizar su seguridad, pero hizo una salvedad: «una cosa es proteger tu país (…) y otra muy distinta, bombardear hospitales y matar de hambre a niños y niñas inocentes», enumerando las devastadoras cifras de la guerra.
Un paso firme en la escena internacional
España, como miembro de la UE, aplica de forma soberana una serie de sanciones unilaterales contra Israel, marcando una postura firme en el conflicto. La repercusión inmediata ha sido una grave crisis diplomática entre ambos países, con acusaciones de antisemitismo por un lado y la defensa de los derechos humanos por el otro.