Hospital Japonés de Santa Cruz sufre saturación crítica en sus servicios
El servicio de Emergencias alberga a más de 50 pacientes en salas y pasillos. La jefa del servicio alerta de que la capacidad ha sido sobrepasada, lo que baja la calidad de atención. Los médicos piden a las nuevas autoridades que busquen una solución.
Un grito de auxilio desde Emergencias
La jefa de Emergencias del hospital Japonés, Neisy Surriabre, lamenta la situación: «Nos duele ver a la gente en los pasillos, hacemos lo humanamente posible, pero nuestra capacidad ha sido sobrepasada». El miércoles, 53 pacientes, la mayoría con cuadros graves, copaban las instalaciones. En la sala de reanimación, diseñada para cuatro personas, había 14 enfermos a la espera de una cama en terapia intensiva.
Falta de recursos y personal
La saturación se agrava por la carencia de equipos y profesionales. No hay ventiladores en condiciones ni suficientes para los pacientes más críticos. Además, una enfermera debe atender a seis enfermos, cuando la norma establece una por cada dos o tres, lo que quita la oportunidad de vida a los pacientes.
El drama de pacientes y familiares
Los pasillos se han transformado en salas de internación. Los pacientes reciben sueros en condiciones de incomodidad, sentados en sillas. Los familiares, como Jhonny, relatan las dificultades para conseguir un espacio, tras ser rechazados en otros centros hospitalarios por falta de cupo.
Una crisis arrastrada en el tiempo
La sobresaturación es un problema cotidiano en el hospital Japonés, que recibe pacientes de las provincias y del área urbana de Santa Cruz. Las autoridades recientemente posesionadas, como el nuevo director del SEDES, Julio César Koca, tienen el mandato de fortalecer las atenciones del sistema sanitario.
Una solución pendiente de las autoridades
La eficacia de la respuesta dependerá de la capacidad de las nuevas autoridades para abordar una crisis sanitaria que mantiene al principal centro hospitalario en una situación de saturación constante, con recursos insuficientes y una alta presión asistencial.