China apuesta por Brasil para su suministro de soja tras dejar EE. UU.
Brasil suministra el 71% de las importaciones chinas de soja, superando los 100 millones de toneladas. Esta estrategia responde a los aranceles estadounidenses y busca presionar a Washington. Sin embargo, la dependencia de un solo proveedor y la volatilidad climática brasileña la hacen vulnerable.
Una apuesta arriesgada
China dejó de comprar soja estadounidense en mayo para castigar los aranceles de EE. UU. y se volcó totalmente en Brasil. Brasil ahora suministra aproximadamente el 71% de las importaciones chinas de soja, con más de 100 millones de toneladas este año. Beijing espera que esta estrategia presione a Washington para que levante las barreras comerciales.
La vulnerabilidad climática
El éxito inicial se debe a que los agricultores brasileños lograron rendimientos récord bajo condiciones climáticas casi perfectas. No obstante, el clima de Brasil oscila entre sequías e inundaciones. Un solo evento climático severo podría reducir drásticamente su producción de soja, dejando a China con escasez de las 100 millones de toneladas que necesita, más allá de su cosecha doméstica de 21 millones de toneladas.
Consecuencias en cadena
Mientras, los agricultores estadounidenses soportan precios bajos y costos de almacenamiento, esperando el regreso de China. Plantaron este año esperando que China comprara un tercio de sus exportaciones, pero en su lugar vendieron menos de medio millón de toneladas, frente a los siete millones de la temporada pasada. Los futuros de la soja en Chicago cayeron a mínimos de cinco años.
Una dependencia forzada
China desarrolló esta estrategia comercial como respuesta directa a la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos. La medida buscaba encontrar un proveedor alternativo masivo para suplir la necesidad de un commodity crucial para su seguridad alimentaria y la industria de alimentación animal.
Un equilibrio frágil
China no puede sostener su salto repentino hacia la soja brasileña en solitario. Un desastre climático en Brasil podría desencadenar una escasez aguda de carne y aceite de cocina en China. Los agricultores estadounidenses permanecen pacientes, sabiendo que la naturaleza y la necesidad pueden forzar a Beijing a reabrir sus puertas a la soja americana.