Voto nulo alcanza un inédito 19,87% en primera vuelta electoral boliviana
El expresidente Evo Morales impulsó esta opción de protesta. Analistas prevén que estos votos se canalizarán en el balotaje y destacan la necesidad de diálogo para evitar conflictos y afianzar la gobernabilidad.
Un mensaje de descontento que busca canalización
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) oficializó los resultados que obligan a un balotaje entre el Partido Demócrata Cristiano (PDC) de Rodrigo Paz (32,06%) y la Alianza Libre de Jorge ‘Tuto’ Quiroga (26,70%). Los votos válidos fueron el 77,06%, mientras los votos nulos alcanzaron un inédito 19,87%, más de 1,3 millones de personas. La politóloga María Teresa Zegada considera que este voto tiene un «peso simbólico» y expresa descontento con la inhabilitación de Morales y cierto rechazo al proceso.
El reto de los candidatos: escuchar y pactar
El gran desafío para los actores políticos será gestionar este descontento. Zegada señala que es crucial lograr acuerdos con los sectores descontentos para evitar ahondar la polarización y afianzar la gobernabilidad, con una población «cansada» de protestas y bloqueos. Por su parte, el analista Edgar Sánchez no cree que este sector repita el voto nulo, sino que votará por quien empatice y escuche sus demandas.
La distribución geográfica de la protesta
El fenómeno del voto nulo tuvo una clara distribución geográfica. Cochabamba, territorio considerado del evismo, registró un 33,31% de votos nulos. También destacaron Potosí (25%), Chuquisaca (19,31%), Oruro (18,40%) y La Paz (18,04%). En contraposición, los porcentajes fueron menores en Santa Cruz (13,49%), Pando (13,84%), Beni (11,10%) y Tarija (12,73%).
Un salto histórico en las urnas
La magnitud del voto nulo en estas elecciones es inédita en la historia electoral reciente de Bolivia. En anteriores comicios, esta opción se mantuvo en porcentajes bajos: 3,59% en 2020, 3,55% en las anuladas de 2019, 3,8% en 2014 y 2,82% en 2009. La comparación refuerza la magnitud inédita de este fenómeno de protesta ciudadana.
Gobernar para todos: el camino a seguir
Ambos analistas coinciden en que la estabilidad futura depende de la capacidad de integración del próximo gobierno. Sánchez sostiene que el siguiente gobierno «debe abrazar a todos los bolivianos, gobernar para todos», sin ideologizaciones o estigmatizaciones. La única manera de generar gobernabilidad será a través de acuerdos y consensos, evitando así escenarios de enfrentamiento y violencia.