Gobierno francés se enfrenta a voto de confianza crucial el 8 de septiembre
El primer ministro François Bayrou arriesga la caída de su gobierno por su plan de austeridad. La oposición rechaza masivamente los recortes de 44.000 millones de euros. El resultado definirá la estabilidad política y fiscal de Francia en Europa.
Una cuenta atrás crítica para las finanzas francesas
El primer ministro François Bayrou presentará la declaración de política de su gobierno y pedirá un voto de confianza en la Asamblea Nacional el 8 de septiembre de 2025. Todos los principales partidos de la oposición han declarado que votarán en su contra, lo que hace muy probable la derrota del gobierno. De perder la votación, las normas políticas francesas exigen que su gobierno dimita.
El detonante: un presupuesto de austeridad
La crisis se desató tras la presentación en julio de la propuesta de presupuesto para 2026, que requiere recortes de gastos por 44.000 millones de euros. El plan busca reducir el déficit, que es del 5,8% del PIB, hacia el límite del 3% de la UE. Las medidas clave incluyen recortes en la contratación pública, la congelación de las ajustes de pensiones y la eliminación de dos festivos públicos, lo que generó una feroz oposición.
Repercusión para el ciudadano y Europa
La incertidumbre política bloquearía o retrasaría el presupuesto de 2026, con el riesgo de que Francia tuviera que prorrogar el de 2025 como medida provisional. Esto debilitaría aún más la credibilidad del gobierno. Los analistas advierten de un posible aumento de los costes de endeudamiento y un mayor escrutinio de las agencias de crédito y la UE.
Un contexto de déficit y deuda elevados
La crisis fiscal francesa viene impulsada por años de exceso de gasto. Las cifras oficiales muestran un déficit presupuestario de 142.000 millones de euros en julio, una de las brechas más amplias de Europa, y una deuda que supera el 113% del PIB de Francia.
Una resolución con amplias implicaciones europeas
El camino que tome Francia en las próximas semanas definirá no solo su propia perspectiva, sino que marcará la pauta para la disciplina fiscal y la confianza en toda Europa. La profundización de la crisis incrementa la presión para que se busquen soluciones de deuda conjunta, como los Eurobonos, como forma de estabilizar los mercados.