Estados Unidos decreta deportación del exministro Arturo Murillo
Un juez de Miami ordena la expulsión tras casi cinco semanas de deliberación. Se desconoce si será enviado a Bolivia o a un tercer país. El exministro fue arrestado en 2021 y condenado por lavado de dinero en EE.UU.
Un veredicto tras la petición boliviana
Finalmente, el juez Jorge Peceda decidió por la deportación del exministro Arturo Murillo y la orden tardó casi cinco semanas en conocerse. El Gobierno boliviano solicitó la deportación de Murillo mostrando las pruebas de los ilícitos que cometió en el país; pero esas pruebas debían ser valoradas por el juez Peceda, antes de tomar una decisión.
El destino final: una incógnita
Por el momento se desconoce si será deportado hacia Bolivia que es su país de origen o hacia un tercer país, que era su pedido porque supuestamente su vida corre peligro en Bolivia. Según el abogado Tomas Becker, si la persona deportada puede probar que su vida corre peligro en su país de origen puede ser deportado a un tercer país.
La postura del Estado boliviano
El procurador general, Ricardo Condori, declaró hace una semana que “el Estado boliviano todas las entidades hemos coadyuvado, inclusive remitido documentación donde este ciudadano tiene más de ocho procesos judiciales, dos de ellos con sentencia condenatoria”.
De la cárcel en Miami a la deportación
En mayo de 2021 el exministro fue arrestado en Miami y condenado a cinco años de prisión acusado de lavado de dinero; por mecanismos carcelarios de EEUU el exministro quedó libre en junio de este año, mientras el gobierno boliviano tramitaba su extradición. El martes 29 de julio compareció ante el juez Jorge Peceda.
Un proceso judicial con seguimiento reservado
Según el abogado Tomas Becker, el caso del exministro fue reservado porque los trámites de deportación o asilo se tratan de ese modo y es aplicado por las autoridades judiciales, que no dejan ingresar a las audiencias decisorias.
El final de un proceso legal internacional
La deportación cierra un capítulo legal que comenzó con el arresto de Murillo en Estados Unidos. Su regreso a Bolivia dependerá de la valoración final sobre el riesgo que alega correr en el país.