Economista advierte que bajada del dólar no reducirá precios inmediatamente
Gonzalo Chávez explica que la economía no funciona como un «control remoto». La caída del tipo de cambio paralelo a casi 11 bolivianos no se traduce en rebajas automáticas. El fenómeno responde a factores complejos como políticas monetarias y expectativas inflacionarias.
Una economía que no obedece a un botón
Gonzalo Chávez, analista en asuntos económicos, advirtió que «la economía no funciona como un control remoto de televisión que tiene dos botones». Subrayó que el comportamiento de los precios responde a factores más complejos que una simple variación cambiaria. Explicó que el proceso de transferencia de costos (pass-through) no necesariamente opera de forma inversa cuando el dólar baja, añadiendo que «esperar que el pass-through funcione al revés es pensar que los precios tienen vocación altruista».
Factores que sostienen la inflación
Chávez detalló que, además de la presión cambiaria, existen otros elementos que consolidan la inflación, que supera el 25% anual. Mencionó la política monetaria expansiva del Banco Central de Bolivia, a quien describió actuando «en su papel de tío generoso» al imprimir bolivianos para prestarle al Tesoro General del Estado. También destacó la influencia de las expectativas empresariales y la «inercia inflacionaria», señalando que los empresarios ajustan precios al alza por si acaso.
La herencia de una presión inflacionaria acumulada
El contexto actual se caracteriza por una inflación que supera el 25% anual. Chávez recordó que cuando el tipo de cambio paralelo se disparó a 14 y 15 bolivianos, los importadores transfirieron ese costo elevado al consumidor. Los precios actuales son, en sus palabras, «herederos del pasado» y no hijos del presente, explicando por qué una bajada actual no se revierte con facilidad.
Se necesitan más que señales del mercado
El analista concluyó que para que la baja del dólar tenga un impacto real en los precios se requieren ajustes en la política macroeconómica y señales claras de estabilidad cambiaria. Subrayó que la inflación es «testaruda» y depende de políticas monetarias, expectativas y un componente psicológico, así como de la costumbre de subir precios rápido y bajarlos nunca.