Tigre celebra 25 años en Bolivia exportando cables de cobre a Ecuador
La empresa ya negocia su cuarto contenedor de exportación. La compañía, que fabrica sus productos en plantas de Santa Cruz y El Alto, ha obtenido el sello de calidad IBNORCA. Este hito demuestra la capacidad de los productos bolivianos para competir en mercados internacionales.
Un cuarto de siglo de crecimiento y calidad
La compañía Tigre cumple 25 años de presencia en Bolivia, donde ofrece un portafolio de más de 5.000 productos en soluciones para agua, electricidad, drenaje y saneamiento. “Realmente ha sido una dicha tremenda, porque con productos hechos en Bolivia estamos compitiendo en mercados internacionales”, afirmó José Ernesto Franco, Gerente Comercial de la firma. La empresa ha consolidado su operación desde que adquirió la marca Plasmar en el año 2000.
El sello que abre las puertas al mundo
Un avance clave para las exportaciones fue la obtención del sello de calidad IBNORCA para cables de cobre, un reconocimiento que garantiza el cumplimiento de normas nacionales e internacionales y que se obtuvo por primera vez en Bolivia. Franco explicó que el foco es tener el 100% del portafolio certificado, “hoy contamos con un 90% certificado y avanzamos hacia la cobertura total”.
Impacto nacional y proyección regional
Tigre genera empleo directo para más de 170 familias y mantiene una cobertura nacional a través de su red de distribuidores. Para el ciudadano, esto se traduce en acceso a productos de alta calidad y en el fortalecimiento de la industria nacional. La empresa busca ahora expandir sus exportaciones hacia otros países de la región, como Argentina y Paraguay.
De Santa Cruz al mundo
La empresa llegó a Bolivia en el año 2000 y se ha caracterizado históricamente por el desarrollo de normativas técnicas y la constante elevación de los estándares de calidad en su sector, sentando las bases para su actual proyección internacional.
Potenciando la industria boliviana
La exportación de cables de cobre a Ecuador marca un punto de inflexión para la manufactura nacional. Las implicaciones son claras: se abren nuevas oportunidades económicas para el país y se demuestra que los productos bolivianos pueden competir en el exterior bajo los más altos estándares, fortaleciendo la imagen de Bolivia como exportador de calidad.