Mujeres de Riberalta convierten el asaí en bioindustria sostenible
La producción de pulpa de asaí cayó un 90% en 2024 por incendios forestales. Una asociación de mujeres en Buen Retiro transforma este fruto para conservar el bosque. Pasaron de una producción artesanal a operar una planta bioindustrial.
De la devastación a la innovación
En la comunidad de Buen Retiro, Riberalta, un grupo de mujeres fundó la Asociación Agropecuaria de Productores de Majo y Asaí de Buen Retiro (AAGROPAMA BR). “De poco hicimos mucho. De botellas a toneladas, de tacú a máquina”, resume Sandra Justiniano. A pesar de que los incendios de 2024 arrasaron casi tres millones de hectáreas en el Beni y redujeron su producción a 45 toneladas, ellas protegen la palmera sin talarla.
Un modelo que regenera el bosque
La apuesta va más allá de lo económico. “El bosque nos da todo: agua, aire y comida. Si lo cuidamos, nos dará futuro”, reflexiona Birginia Justiniano. Su planta bioindustrial, inaugurada en 2023, puede procesar 3.000 kilos diarios. Este modelo combina la conservación con la producción, demostrando que la Amazonía puede sostenerse sin ser destruida.
Raíces de un cambio de paradigma
La comunidad de Buen Retiro conserva 18.000 hectáreas de bosque en la provincia Vaca Díez, una región donde en 2024 se perdieron casi 97.000 hectáreas. Frente a la expansión agrícola y ganadera que provoca incendios anuales, las comunidades impulsan planes de manejo que combinan la conservación con la producción de castaña, asaí y majo.
Un fruto que es bandera de futuro
La iniciativa de AAGROPAMA BR representa una transición hacia un modelo que busca regenerar el bosque y sostener la vida comunitaria. El asaí se ha convertido en un símbolo de que la Amazonía no está condenada a la pérdida, donde el bosque vale más vivo que muerto y cada palmera es una promesa de dignidad y porvenir.